La camioneta, una herramienta de trabajo para esta familia, fue robada en un acto violento que refleja la creciente inseguridad en la región. Según los reportes, los asaltantes no solo se llevaron el vehículo, sino que también privaron momentáneamente de su libertad a la conductora, quien fue liberada después de que los delincuentes detectaran un operativo policial.
La víctima, una madre de familia, relató cómo los sujetos armados la obligaron a dirigirse hacia Irapuato, donde finalmente la abandonaron junto a otra mujer que también fue despojada de su camioneta. Ambas recibieron atención en el Centro de Atención Integral a Víctimas, pero el impacto emocional permanece.
La familia afectada ha hecho un llamado desesperado a las autoridades para que intensifiquen la búsqueda de su vehículo. Este no es solo un medio de transporte, sino la base de su economía, ya que lo utilizaban para trasladar mercancías y realizar actividades laborales esenciales.
La policía de Irapuato logró recuperar una de las camionetas robadas, pero la perteneciente a esta familia aún no ha sido localizada. Los operativos en la zona se han incrementado, pero los resultados son insuficientes ante la ola de robos que azota la carretera Abasolo-Irapuato.
Este caso no es aislado. Los asaltos en esta vía federal se han convertido en una constante, con bandas organizadas que operan impunemente, sembrando el miedo entre los conductores. Transportistas y ciudadanos han denunciado la falta de vigilancia efectiva en la zona.
La familia, mientras tanto, enfrenta la incertidumbre de no saber si podrán recuperar su patrimonio. Sin su camioneta, sus ingresos se han visto gravemente afectados, lo que pone en riesgo su estabilidad económica en un contexto ya de por sí complicado.
La situación en Abasolo e Irapuato es un reflejo de los problemas de seguridad que aquejan a Guanajuato. Los habitantes de la región exigen respuestas concretas y acciones que frenen esta ola de violencia que parece no tener fin.