Javier Navarro, Secretario General de Gobierno de Nuevo León, ha generado controversia al declarar que no puede ser “todólogo” en su cargo, desatando críticas sobre su capacidad para manejar las múltiples responsabilidades que implica su posición. En una reciente entrevista, Navarro expresó que espera que el próximo titular de la Secretaría General sea alguien que domine todos los aspectos del puesto, lo que ha sido interpretado como un reconocimiento de sus propias limitaciones.
La declaración de Navarro llega en un contexto de tensiones políticas en Nuevo León, donde su gestión ha sido cuestionada por diversos sectores. En particular, se le señala por no haber publicado cientos de decretos y acuerdos en el Periódico Oficial del Estado, un tema que ha generado fricciones con el Congreso local. La presidenta del Congreso, Lorena de la Garza, ha sido una de las voces más críticas, acusándolo de incumplir acuerdos y de ser un mal interlocutor entre el Ejecutivo y el Legislativo.
El conflicto con el Congreso no es nuevo. Desde 2023, Navarro ha enfrentado acusaciones por presunto abuso de autoridad al no publicar 56 decretos, lo que llevó a un intento de desafuero en su contra. Aunque un amparo federal lo protegió temporalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó una controversia constitucional promovida por el gobernador Samuel García, dejando a Navarro vulnerable a procesos legales. Este episodio ha intensificado las críticas hacia su gestión.
Diputados de oposición, especialmente del PAN y el PRI, han señalado que la falta de publicación de decretos afecta la gobernabilidad del estado. Algunos incluso han exigido la destitución de Navarro, argumentando que su incapacidad para cumplir con esta obligación básica pone en riesgo el funcionamiento de las instituciones. La bancada del PAN ha destacado que Navarro ya ha recibido multas por este motivo, sin que se observen mejoras en su desempeño.
Por su parte, Navarro ha intentado defenderse, argumentando que muchos de los decretos y acuerdos pendientes tienen conflictos judiciales que impiden su publicación. En una reunión reciente con legisladores, aseguró que se está trabajando en resolver estos pendientes, pero sus explicaciones no han convencido a los críticos, quienes lo acusan de evadir responsabilidades.
La relación entre Navarro y el Congreso ha llegado a un punto crítico. Lorena de la Garza ha sugerido que el gobernador Samuel García debería considerar un cambio en la Secretaría General para mejorar la relación con el Legislativo. Según la diputada, la falta de confianza en Navarro ha llevado a varias bancadas a replantearse su participación en mesas de diálogo con el Ejecutivo.
A pesar de las críticas, Navarro ha insistido en su disposición al diálogo. En noviembre de 2024, extendió una invitación pública a De la Garza para continuar las negociaciones, aunque la respuesta de la legisladora fue tibia. Este desencuentro refleja las profundas divisiones políticas en Nuevo León, donde las tensiones entre el gobierno de Movimiento Ciudadano y la oposición han complicado la gobernanza.
El futuro de Navarro en el cargo es incierto. Rumores de fricciones con el gobernador Samuel García, reportados por fuentes cercanas al Ejecutivo, sugieren que su salida podría estar cerca. Nombres como Eduardo Gaona, Federico Rojas y Aldo Fasci han comenzado a sonar como posibles reemplazos, aunque no hay confirmación oficial al respecto.
La situación de Navarro no solo pone en tela de juicio su liderazgo, sino que también expone los retos que enfrenta el gobierno de Nuevo León para mantener una relación funcional con el Legislativo. Mientras las críticas arrecian, la presión sobre el Ejecutivo crece para tomar decisiones que restablezcan la estabilidad política en el estado.
La ciudadanía de Nuevo León observa con atención este conflicto, que podría tener implicaciones en la gobernabilidad y en el rumbo de la administración de Samuel García. Por ahora, el futuro de Javier Navarro sigue en el centro de la controversia, con un panorama político cada vez más complicado.