La madrugada de este domingo, Irán lanzó una nueva andanada de misiles contra Israel, marcando la sexta oleada de ataques en una escalada de violencia que mantiene en vilo a Medio Oriente. Los proyectiles impactaron en zonas clave como Tel Aviv y Jerusalén, dejando un rastro de destrucción y temor entre la población.
El ejército israelí reportó que las alarmas antiaéreas resonaron en múltiples ciudades, instando a los civiles a buscar refugio de inmediato. A pesar de los esfuerzos de la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antimisiles de Israel, varios proyectiles lograron alcanzar sus objetivos, causando daños significativos en edificios residenciales.
En Tel Aviv, los bomberos informaron sobre el colapso parcial de un edificio de ocho plantas en el distrito de Dan, una de las zonas más pobladas de la ciudad. Equipos de rescate trabajan contrarreloj para encontrar a posibles víctimas atrapadas bajo los escombros, mientras los incendios se extienden en el área.
Jerusalén también fue escenario de fuertes explosiones, con imágenes de misiles balísticos iluminando el cielo nocturno. Un impacto en el distrito central desató un incendio de proporciones aún no determinadas, según reportes de los servicios de emergencia.
El saldo humano de esta sexta oleada aún no está claro, pero los ataques previos de Irán han dejado al menos diez muertos y más de 150 heridos en Israel. En la ciudad de Bat Yam, al sur de Tel Aviv, se reportaron seis víctimas fatales, incluyendo dos niños, mientras que en la región de Sefelá, al oeste de Jerusalén, decenas de personas resultaron heridas.
Estos ataques son la respuesta de Irán a los bombardeos israelíes contra instalaciones nucleares y militares en su territorio, que han dejado más de un centenar de muertos, incluyendo civiles, científicos y altos mandos militares. La tensión entre ambos países ha alcanzado un punto crítico, con amenazas de nuevas represalias.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que los ataques de su país han debilitado las capacidades nucleares y de defensa de Irán, mientras que el ministro de Defensa, Israel Katz, advirtió que Teherán pagará un alto precio si continúa con los ataques. Por su parte, Irán ha cancelado negociaciones nucleares con Estados Unidos, calificándolas de inviables tras la ofensiva israelí.
La comunidad internacional observa con preocupación esta escalada bélica. Líderes mundiales han instado a ambas naciones a detener las hostilidades, pero las declaraciones de ambos lados sugieren que el conflicto está lejos de resolverse. La región permanece en un estado de máxima alerta.