El Instituto Nacional Electoral (INE) validó la elección de los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero la sombra de la manipulación planea sobre el proceso. Con una votación dividida de seis contra cinco consejeros, el INE dio luz verde a los resultados, a pesar de las acusaciones de una operación orquestada por Morena para imponer a sus candidatos favoritos.
La elección, celebrada el 1 de junio de 2025, marcó un hito al ser la primera vez que los ciudadanos mexicanos votaron directamente por los ministros de la SCJN. Sin embargo, la jornada estuvo plagada de controversias. La participación ciudadana apenas alcanzó el 12.4%, con solo 13 millones de personas acudiendo a las urnas, lo que refleja un desinterés generalizado y cuestiona la legitimidad del proceso.
Uno de los puntos más criticados fue la llamada “operación acordeón”. Morena distribuyó listas con los nombres de sus candidatos preferidos, orientando a los votantes a elegir a figuras cercanas al partido gobernante. Los nueve candidatos propuestos en estos “acordeones” resultaron electos, consolidando el control del partido sobre el máximo tribunal del país.
Hugo Aguilar Ortiz, un abogado mixteco con vínculos al movimiento de la Cuarta Transformación, encabezó los resultados con 5.5 millones de votos, lo que lo perfila como el próximo presidente de la SCJN a partir del 1 de septiembre. Junto a él, figuras como Lenia Batres, Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz, María Estela Ríos y Sara Irene Herrerías, todas con trayectorias ligadas a Morena, ocuparán los asientos femeninos de la Corte.
Entre los hombres, además de Aguilar, fueron electos Giovanni Azael Figueroa, Irving Espinosa y Arístides Guerrero, todos señalados por su cercanía al partido en el poder. Este resultado ha generado críticas de la oposición, que denuncia una clara manipulación para garantizar que la SCJN responda a los intereses del gobierno federal.
La presidenta del INE, Guadalupe Taddei, defendió la validez del proceso, asegurando que se siguieron los lineamientos constitucionales. Sin embargo, reconoció que el conteo de votos, que alcanzó los 116.7 millones de sufragios debido al sistema de hasta nueve votos por persona, mostró un alto número de votos nulos, con más de 10 millones, lo que representa el 10.8% del total.
Las impugnaciones no se han hecho esperar. Partidos como el PRI han anunciado que presentarán recursos legales ante el Tribunal Electoral para solicitar la anulación de la elección, argumentando irregularidades y falta de transparencia. La oposición acusa al INE de no haber actuado con firmeza para frenar la distribución de los “acordeones” antes de la votación.
La presidenta Claudia Sheinbaum celebró los resultados, calificando la jornada como un “éxito total” y destacando que “el pueblo eligió a sus jueces”. Sin embargo, sus declaraciones han sido recibidas con escepticismo, ya que el bajo nivel de participación y las acusaciones de manipulación han generado un ambiente de desconfianza.
A partir del 15 de junio, el INE entregará las constancias de mayoría a los nuevos ministros en una sesión solemne. Mientras tanto, la ciudadanía y los partidos de oposición permanecen atentos a las resoluciones del Tribunal Electoral, que podrían definir el rumbo de esta controvertida elección.
El futuro de la Suprema Corte está en juego, y con él, la independencia del Poder Judicial. Las críticas no cesan, y el debate sobre si esta elección fortalece o debilita la democracia en México está lejos de terminar.