Jaime Calderón Calderón, arzobispo de León, lanzó una advertencia sobre la grave situación que vive Guanajuato, donde los cárteles están tomando el control de comunidades enteras. En una reciente declaración, el líder religioso señaló que la violencia y el crimen organizado han escalado a niveles alarmantes, afectando la vida cotidiana de los habitantes.
El arzobispo destacó que los cárteles no solo imponen su poder mediante la violencia, sino que también están infiltrándose en las estructuras sociales, generando miedo y sumisión entre la población. Esta situación, afirmó, es un reflejo de la falta de acción contundente por parte de las autoridades para frenar el avance del crimen organizado.
En sus palabras, Calderón Calderón subrayó que la inseguridad se ha convertido en un problema de salud pública que afecta a todos los sectores de la sociedad. Criticó la aparente incapacidad del gobierno estatal para implementar estrategias efectivas que devuelvan la paz a las comunidades guanajuatenses.
El líder religioso también hizo un llamado a la reflexión, señalando que la violencia no es solo un problema de las autoridades, sino un desafío que involucra a toda la sociedad. Desde la Iglesia, dijo, se busca promover valores de paz y unidad, pero reconoció que los esfuerzos no han sido suficientes para contrarrestar la influencia de los cárteles.
Guanajuato, uno de los estados más afectados por la violencia en México, enfrenta una ola de crímenes que incluye homicidios, extorsiones y secuestros. Según el arzobispo, estas actividades delictivas están destruyendo el tejido social y generando un clima de desconfianza entre los ciudadanos.
Calderón Calderón expresó su preocupación por los jóvenes, muchos de los cuales, señaló, son atraídos por el crimen organizado debido a la falta de oportunidades. Este fenómeno, dijo, agrava la crisis, ya que las nuevas generaciones están siendo absorbidas por la cultura de la violencia.
El arzobispo instó a las autoridades a realizar un análisis profundo de las estrategias de seguridad actuales, que, a su juicio, han fracasado. Propuso que se busquen soluciones integrales que no solo combatan la delincuencia, sino que también aborden las causas sociales que la alimentan.
Finalmente, el líder religioso pidió a la población no acostumbrarse a esta “cultura de la muerte” y mantener la esperanza en la construcción de un futuro más seguro. Sus declaraciones reflejan la urgencia de un cambio en la forma en que se enfrenta la inseguridad en Guanajuato.