En Irapuato, Guanajuato, representantes de los tres niveles de gobierno realizaron un recorrido para evaluar posibles ubicaciones de la futura estación del tren de pasajeros Querétaro-Irapuato. Este proyecto, que promete mejorar la conectividad regional, ha generado expectativas, pero también dudas sobre su viabilidad y beneficios reales para la población.
La jornada comenzó con la revisión de una propuesta inicial presentada en enero de 2025. La ubicación sugerida busca integrarse con los principales nodos de transporte de la ciudad, como la Central de Autobuses, para facilitar la movilidad de los pasajeros. Sin embargo, las autoridades aún no han definido un punto exacto, lo que mantiene la incertidumbre entre los habitantes.
El recorrido incluyó una caminata hacia la Central de Autobuses, donde se analizaron problemas actuales de movilidad y flujo peatonal. Los funcionarios también transitaron por la avenida Paseo Irapuato, siguiendo el trazo propuesto para la línea del tren. Durante este trayecto, identificaron posibles conflictos viales que podrían complicar la construcción.
La alcaldesa de Irapuato, Lorena Alfaro García, ha destacado la importancia de este proyecto para el desarrollo económico y la conectividad de la región. Sin embargo, su administración enfrenta el reto de garantizar que las decisiones técnicas se traduzcan en beneficios tangibles para los ciudadanos, sin caer en errores de planeación.
Otro aspecto clave es la propuesta de desviar los trenes de carga fuera de la zona urbana. Esta medida busca reducir riesgos y mejorar la movilidad en Irapuato, pero su implementación depende de acuerdos con empresas ferroviarias y el gobierno federal. Por ahora, no hay claridad sobre cómo se financiará o ejecutará este cambio.
El proyecto forma parte de un plan nacional impulsado por el gobierno federal para revivir los trenes de pasajeros. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes estima que el tramo Querétaro-Irapuato podría estar listo en 2027, con una inversión de miles de millones de pesos. Sin embargo, los plazos y el presupuesto han sido cuestionados por su ambigüedad.
En Celaya, municipio vecino, también se planea una estación, lo que refuerza la relevancia regional del proyecto. No obstante, la falta de detalles concretos sobre el diseño, los costos y el impacto urbano genera escepticismo entre los habitantes, quienes temen que el tren sea más una promesa política que una realidad.
La visita técnica concluyó con una reunión en las oficinas de Ferromex, donde se establecieron compromisos para avanzar en los estudios técnicos. Aunque las autoridades aseguran que el proyecto fortalecerá a Irapuato como un polo de conectividad, la ciudadanía espera resultados claros y no solo discursos optimistas.
Mientras tanto, Irapuato enfrenta otros retos, como la inseguridad y la saturación de sus vialidades. La llegada del tren podría ser una oportunidad para modernizar la ciudad, pero solo si se ejecuta con transparencia y eficiencia. Por ahora, el futuro de esta obra sigue en el aire, entre expectativas y promesas por cumplir.