El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el desfile militar programado para este sábado en Washington D.C. se llevará a cabo sin importar las condiciones climáticas. A pesar de las previsiones de lluvia y posibles tormentas eléctricas, Trump aseguró en su red Truth Social que el evento continuará, afirmando que “un desfile lluvioso trae buena suerte”.
El desfile, que conmemora el 250 aniversario del Ejército estadounidense, coincide con el cumpleaños número 79 del mandatario. Se espera la participación de más de 6,600 soldados, 150 vehículos militares, incluyendo tanques M1 Abrams, y unos 50 aviones. El evento recorrerá la avenida paralela al National Mall, desde los memoriales de Lincoln hasta Washington.
Sin embargo, la celebración no está exenta de controversia. Diversas organizaciones han convocado más de 2,000 protestas en los 50 estados del país, bajo el lema “Día sin Reyes”. Los manifestantes critican lo que consideran un acto de autoritarismo por parte de Trump, comparándolo con desfiles militares de regímenes no democráticos.
Las protestas se intensifican tras una semana de tensión por las redadas migratorias ordenadas por el gobierno de Trump. Desde el 6 de junio, disturbios en Los Ángeles y otras ciudades han resultado en cientos de arrestos, aumentando el descontento social. Los organizadores de las manifestaciones acusan al presidente de usar el desfile como una exhibición de poder personal.
El costo del desfile, estimado entre 25 y 45 millones de dólares, también ha generado críticas. Algunos cuestionan el gasto en un momento en que se recortan presupuestos para veteranos y otros programas sociales. Además, las autoridades locales han expresado preocupación por los posibles daños que los tanques podrían causar a las calles de la capital.
Para minimizar el impacto, se han instalado placas de acero en las vías y se usarán zapatas especiales en los vehículos militares. El Pentágono ha asegurado que estas medidas protegerán el asfalto, aunque el despliegue de tanques sigue siendo un punto de controversia.
El desfile no solo celebra el aniversario del Ejército, sino que incluye elementos históricos, como uniformes de diferentes épocas y recreaciones de conflictos pasados, desde la Guerra de Independencia hasta Irak y Afganistán. También se espera un espectáculo aéreo y la participación de paracaidistas.
A pesar del ambiente festivo para algunos, la capital se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad. Calles cerradas, vallas metálicas y una fuerte presencia policial marcan el evento. La Casa Blanca insiste en que será una “celebración histórica” del poder militar estadounidense, aunque el clima y las protestas podrían alterar los planes.
Trump, por su parte, ha aprovechado la ocasión para destacar el Día de la Bandera y calificar el 14 de junio como “un gran día para América”. Sus mensajes en redes sociales reflejan entusiasmo por el evento, mientras ignora las críticas que lo acusan de politizar a las Fuerzas Armadas.
La jornada promete ser un reflejo de las divisiones en Estados Unidos: mientras algunos celebran el espectáculo militar, otros lo ven como un símbolo de excesos autoritarios. Washington D.C. se prepara para un día de contrastes, con tanques en las calles y voces de protesta resonando en todo el país.