En un hecho que ha conmocionado a Salamanca, Guanajuato, Dulce Victoria, una niña de 10 años, cayó al río Lerma la tarde del jueves mientras jugaba con un amigo. Las autoridades han reanudado la búsqueda este viernes, pero la menor aún no ha sido localizada.
El accidente ocurrió en la comunidad de El Pitayo, cuando Dulce y un niño de 11 años estaban cerca del río. Según reportes, ambos cayeron al agua tras un incidente que aún no está claro. El menor logró aferrarse a unas ramas y fue rescatado, pero Dulce fue arrastrada por la fuerte corriente.
Desde la mañana del viernes, elementos de Protección Civil municipal y estatal, junto con buzos especializados y el Cuerpo de Bomberos de Salamanca, han intensificado las labores de búsqueda. El operativo se concentra en el cauce del río, que presenta un nivel considerable debido a las recientes lluvias.
Las autoridades han manejado tres posibles versiones del accidente: que los menores tropezaron cerca del río, que cayeron desde un árbol o que intentaron nadar. Sin embargo, la tía de Dulce descartó esta última teoría, asegurando que la niña le tenía miedo al agua.
La búsqueda, que fue suspendida la noche del jueves por falta de luz, se reanudó con la esperanza de encontrar a la menor. Sin embargo, las condiciones del río, con un caudal importante y saturación del suelo por humedad, complican las tareas de rescate.
Un hecho que ha indignado a la población es la falta de mantenimiento del río Lerma, denunciada previamente por líderes campesinos y autoridades locales. La acumulación de basura y la ausencia de obras de conservación han convertido al río en un peligro constante.
La comunidad de Salamanca permanece en vilo, mientras los cuerpos de emergencia trabajan sin descanso. Vecinos y voluntarios se han sumado a los esfuerzos, mostrando solidaridad en medio de la tragedia.
El caso de Dulce Victoria pone en evidencia la inseguridad que representan los cuerpos de agua en la región, especialmente en temporada de lluvias. Las autoridades han exhortado a la población a mantenerse alejada de las márgenes del río para evitar más incidentes.
Mientras tanto, la familia de Dulce espera un milagro. La incertidumbre crece con cada hora que pasa sin noticias de la menor, en un episodio que ha marcado a Salamanca.
Este trágico suceso resalta la urgencia de atender los problemas del río Lerma, cuya contaminación y abandono han sido denunciados durante años sin que se tomen medidas efectivas.