Este sábado, miles de manifestantes se reunieron en Palm Beach, Florida, a pocos metros de la residencia privada del presidente Donald Trump en Mar-a-Lago, para expresar su rechazo a las políticas migratorias impulsadas por su administración. La protesta forma parte de un movimiento nacional conocido como “No Kings”, que busca visibilizar la oposición al endurecimiento de las medidas contra los migrantes en Estados Unidos.
La marcha comenzó en el parque para patinetas Phipps, ubicado a dos kilómetros de Mar-a-Lago, y avanzó de manera pacífica hasta acercarse a la mansión del presidente. Los asistentes, muchos de los cuales prefirieron no revelar sus identidades por temor a represalias, corearon consignas como “sin justicia, no hay paz” y “nos gustan los migrantes”, desafiando temperaturas cercanas a los 38 grados centígrados.
El movimiento “No Kings” no solo se limitó a Palm Beach, sino que se extendió a 75 protestas en todo Florida, incluyendo ciudades como Miami y Tallahassee. Estas manifestaciones coinciden con el desfile militar organizado para conmemorar los 250 años del Ejército estadounidense y el cumpleaños número 79 de Trump, quien se encontraba en Washington para un evento programado.
Los participantes llevaron pancartas en apoyo a los derechos de los migrantes, la comunidad LGBTQ+, los derechos reproductivos, y en solidaridad con Ucrania y Palestina. Las consignas también reflejaron un rechazo al autoritarismo, con frases como “no queremos reyes” resonando entre la multitud. La presencia de observadores de grupos humanitarios garantizó que los derechos de los manifestantes fueran respetados durante la jornada.
Las políticas migratorias de Trump, que incluyen redadas masivas y deportaciones, han generado indignación en comunidades de todo el país. En los últimos días, las protestas se han intensificado en ciudades como Los Ángeles, donde el despliegue de marines y la Guardia Nacional ha sido criticado por líderes locales como una respuesta desproporcionada a manifestaciones mayormente pacíficas.
En Palm Beach, los manifestantes destacaron la importancia de acercarse a Mar-a-Lago, incluso en ausencia de Trump, como un símbolo de resistencia. La comunidad latina, en particular, expresó su preocupación por el aumento de detenciones y deportaciones, que han generado miedo y afectado la vida cotidiana de muchas familias.
Organizaciones como Lulac y Mi Familia Vota han respaldado estas movilizaciones, señalando que las políticas actuales no solo afectan a los migrantes, sino que representan una amenaza a las libertades fundamentales de todos los ciudadanos. Líderes comunitarios subrayaron que el miedo ha llevado a muchos a evitar actividades cotidianas, como ir al trabajo o a la escuela.
A pesar de las altas temperaturas, la determinación de los manifestantes no decayó. La protesta en Palm Beach se suma a una ola de movilizaciones en más de 10 ciudades estadounidenses, desde Seattle hasta Nueva York, donde miles han salido a las calles para exigir un trato humano y justo para los migrantes.
El mensaje de los manifestantes es claro: rechazan las políticas que criminalizan a los migrantes y abogan por una reforma migratoria integral que priorice los derechos humanos. Estas manifestaciones, según los organizadores, son solo el comienzo de un movimiento que busca crecer en los próximos meses.

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Miles de personas se concentran frente a Mar-a-Lago para protestar contra las políticas migratorias de Trump
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