La deportación de mexiquenses desde Estados Unidos ha disminuido en 2025, a pesar de las políticas migratorias anunciadas por Donald Trump. Según datos oficiales, entre enero y abril de este año se registraron 7 mil 169 eventos de devolución, una baja frente a los 7 mil 935 del mismo periodo en 2024. Este descenso sorprende, dado el discurso del presidente estadounidense sobre incrementar las expulsiones.
Los números muestran que los hombres representan la mayoría de los casos, con 5 mil 463 eventos, mientras que las mujeres suman mil 706. La Secretaría de Gobernación aclara que estas cifras se refieren a eventos, ya que una persona puede ser devuelta más de una vez. Esta dinámica refleja la complejidad de los flujos migratorios y las políticas aplicadas en la frontera.
Toluca encabeza la lista de municipios mexiquenses con más deportaciones, registrando 547 casos, de los cuales 441 corresponden a hombres y 106 a mujeres. Le siguen Ecatepec con 375 eventos, Tejupilco con 360, Nezahualcóyotl con 322 y Naucalpan con 219. Estos datos evidencian que ciertas zonas del Estado de México son más afectadas por las devoluciones.
A pesar de las amenazas de Trump, la disminución de deportaciones no implica una menor presión sobre los migrantes. Las políticas migratorias de Estados Unidos siguen generando incertidumbre, especialmente para quienes viven sin documentos legales. La comunidad mexiquense en el extranjero enfrenta retos constantes, desde la búsqueda de estabilidad hasta el temor a ser separados de sus familias.
El gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha prometido medidas de apoyo a través de los consulados en Estados Unidos. Sin embargo, la efectividad de estas acciones es cuestionable, ya que los recursos para atender a los deportados parecen insuficientes frente a una posible ola masiva de retornos.
En el caso de los municipios mexiquenses, las autoridades locales no han presentado planes claros para reintegrar a los deportados. La falta de estrategias para brindar empleo o apoyo social a quienes regresan podría agravar las condiciones en comunidades ya vulnerables, como Tejupilco o Toluca.
La baja en las deportaciones también plantea dudas sobre la implementación real de las políticas de Trump. Aunque su discurso es agresivo, los datos sugieren que las expulsiones no han alcanzado los niveles esperados. Esto podría deberse a obstáculos logísticos o a resistencias dentro del sistema migratorio estadounidense.
Aun así, la situación sigue siendo delicada para los mexiquenses en el exterior. La incertidumbre persiste, y las promesas de protección del gobierno federal no terminan de convencer a una población que vive entre el miedo y la esperanza de un futuro mejor.
La migración sigue siendo un tema central para el Estado de México, donde miles de familias dependen de las remesas enviadas desde Estados Unidos. Una deportación masiva podría tener un impacto económico devastador, especialmente en municipios con alta dependencia de estos recursos.
Mientras tanto, la comunidad mexiquense espera respuestas concretas. La disminución de devoluciones es una noticia alentadora, pero no elimina los desafíos que enfrentan los migrantes en un contexto de políticas migratorias estrictas y un gobierno mexicano que parece no estar del todo preparado.