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Israel intensifica el conflicto con un audaz ataque a la mayor refinería de gas de Irán

En un nuevo capítulo de la escalada bélica en Medio Oriente, Israel lanzó un ataque con drones contra una refinería en el yacimiento de gas natural South Pars, el más grande del mundo, ubicado en el golfo Pérsico. Este sitio, compartido por Irán y Qatar, es clave para la producción energética iraní, generando 12 millones de metros cúbicos de gas al día. La acción, reportada por medios iraníes, provocó una fuerte explosión que paralizó las operaciones de la refinería.
El ataque tuvo lugar el sábado 14 de junio, marcando un cambio en la estrategia israelí, que hasta ahora se había centrado en objetivos militares, nucleares e infraestructura civil, como aeropuertos en Teherán. Esta vez, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) apuntaron a instalaciones energéticas e industriales, incluyendo la refinería Fajr Jam y el puerto de Kangan, ambos en la provincia de Bushehr, al sur de Irán.
Según el medio Iran Front Page, el impacto del dron en la fase 14 del yacimiento de South Pars generó un incendio que las autoridades iraníes trabajaron arduamente para controlar. El Ministerio del Petróleo de Irán confirmó el ataque, asegurando que la situación estaba bajo control, aunque no especificó el alcance total de los daños.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó las acciones como parte de una ofensiva para debilitar las capacidades nucleares y militares de Irán. En un comunicado, afirmó que los ataques han causado “graves daños” a las instalaciones nucleares iraníes, retrasando su programa atómico por varios años. Además, destacó que los misiles balísticos iraníes representan una amenaza significativa.
Irán, por su parte, respondió con una serie de ataques con misiles balísticos contra Tel Aviv y Jerusalén, que dejaron al menos tres muertos y decenas de heridos, según reportes de medios israelíes. Aunque la Cúpula de Hierro interceptó la mayoría de los proyectiles, algunos lograron impactar zonas residenciales, intensificando la tensión en la región.
El conflicto ha generado reacciones internacionales. El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó la situación como “muy alarmante” tras una conversación con su homólogo estadounidense, Donald Trump. Las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, previstas en Mascate, fueron canceladas tras los ataques, según el ministro de Exteriores omaní.
Los bombardeos israelíes también alcanzaron otros objetivos estratégicos, como un depósito de petróleo cerca de Teherán y una instalación militar subterránea en el oeste de Irán, utilizada para almacenar misiles. Estos ataques reflejan un esfuerzo por debilitar tanto el arsenal militar como la infraestructura económica de Irán.
La escalada bélica ha elevado los precios del petróleo en un 6%, mientras el oro se consolida como activo de refugio, acercándose a su máximo histórico. La comunidad internacional observa con preocupación el rumbo de este conflicto, que amenaza con desestabilizar aún más la región.
En Irán, los ataques han dejado un saldo de al menos 78 fallecidos, incluyendo altos mandos militares y científicos nucleares, según reportes locales. Teherán ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, calificando los ataques como una “declaración de guerra”.
Este enfrentamiento, que combina ataques aéreos, drones y misiles, pone en evidencia la fragilidad de la situación en Medio Oriente. La comunidad internacional sigue atenta a los próximos movimientos de ambas naciones, mientras la región se mantiene al borde de una escalada mayor.

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