Violeta Barrios de Chamorro, la primera mujer elegida presidenta en América, murió este sábado a los 95 años en San José, Costa Rica. La noticia fue confirmada por sus hijos, quienes destacaron que “Doña Violeta” partió en paz, rodeada del amor de su familia. Su fallecimiento cierra un capítulo clave en la historia de Nicaragua, donde su legado como símbolo de paz y reconciliación sigue vigente.
Nacida el 18 de octubre de 1929 en Rivas, Nicaragua, Violeta creció en una familia acomodada. Su vida dio un giro al casarse en 1950 con Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa y férreo opositor a la dictadura de los Somoza. El asesinato de su esposo en 1978 por sicarios del régimen marcó su entrada a la política, asumiendo la dirección del periódico y convirtiéndose en una voz contra la opresión.
En 1990, Violeta hizo historia al derrotar a Daniel Ortega en las elecciones presidenciales, liderando la Unión Nacional Opositora, una coalición de 14 partidos. Con el 54.7% de los votos, se convirtió en la primera presidenta de Nicaragua y del continente americano elegida por voto popular. Su victoria puso fin a una década de guerra civil que dejó más de 50 mil muertos.
Durante su mandato, de 1990 a 1997, Chamorro se enfocó en la reconciliación nacional. Negoció el desarme de la Contra y sectores sandinistas, promoviendo la reinserción de excombatientes. Redujo el tamaño del ejército, levantó la censura y estabilizó la economía, aunque sus reformas, como la privatización de empresas, generaron críticas por su impacto social.
Su familia reflejó la división política del país. Sus hijos Pedro Joaquín y Cristiana se alinearon con posturas antisandinistas, mientras que Carlos Fernando y Claudia Lucía apoyaron al Frente Sandinista. A pesar de esto, Violeta fomentó la unidad familiar, organizando cenas donde las diferencias políticas se dejaban de lado.
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la represión del régimen de Daniel Ortega. En 2021, sus hijos Cristiana y Pedro Joaquín fueron encarcelados por intentar participar en elecciones opositoras. En 2023, fueron desterrados junto a otros 220 presos políticos, perdiendo su nacionalidad. Carlos Fernando, periodista crítico, también vive exiliado en Costa Rica.
En octubre de 2023, debido a su delicado estado de salud tras un accidente cerebrovascular en 2018, Violeta fue trasladada de Managua a San José. Allí vivió sus últimos días bajo el cuidado de sus hijos y personal médico especializado. Su familia señaló que sus restos permanecerán en Costa Rica hasta que Nicaragua recupere su libertad.
El legado de Violeta Barrios de Chamorro trasciende fronteras. Fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su labor en favor de la democracia. Su muerte en el exilio resalta la lucha pendiente por la libertad en Nicaragua, un país que aún honra su contribución a la paz.
Su familia anunció que pronto compartirá detalles sobre una ceremonia religiosa en San José para celebrar su vida. Mientras tanto, nicaragüenses dentro y fuera del país recuerdan a “Doña Violeta” como un símbolo de resistencia y esperanza en tiempos de división.

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Fallece en el exilio Violeta Barrios de Chamorro, ícono de la democracia en Nicaragua
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