Un devastador accidente aéreo sacudió la ciudad de Ahmedabad, India, cuando el vuelo AI171 de Air India, un Boeing 787-8 Dreamliner con destino a Londres, se estrelló segundos después de despegar. El avión, que transportaba a 242 personas, impactó contra una residencia de estudiantes del BJ Medical College, dejando un saldo preliminar de al menos 290 muertos, incluyendo pasajeros y personas en tierra. Entre los escombros, un rayo de esperanza: un único sobreviviente, Vishwash Kumar Ramesh, fue rescatado con vida.
La caja negra del vuelo, específicamente el Registrador Digital de Datos de Vuelo, fue localizada en la azotea de la residencia médica impactada. Este dispositivo, crucial para desentrañar las causas del siniestro, registra datos vitales como altitud, velocidad y trayectoria. Su hallazgo marca un paso clave en la investigación liderada por la Oficina de Investigación de Accidentes de Aviación de India, que busca respuestas en medio de una tragedia que ha conmocionado al mundo.
El vuelo AI171 despegó del Aeropuerto Internacional Sardar Vallabhbhai Patel a las 13:38 hora local. Apenas un minuto después, la tripulación, encabezada por el capitán Sumeet Sabharwal, emitió una llamada de emergencia “MAYDAY”. La señal del avión se perdió a una altitud de solo 190 metros, según datos de Flightradar24. El impacto ocurrió en la zona residencial de Meghani Nagar, donde el avión se estrelló contra el edificio, provocando una explosión masiva.
Entre los restos del fuselaje, los equipos de rescate encontraron también la Grabadora de Video Digital del vuelo. Aunque no es obligatoria en todas las aeronaves, este dispositivo podría ofrecer imágenes clave para entender los momentos previos al accidente. Las autoridades esperan que, junto con la caja negra, revele detalles sobre posibles fallas mecánicas o errores humanos.
La investigación preliminar apunta a varias hipótesis. Expertos sugieren que el avión pudo haber sufrido una pérdida de potencia en ambos motores, un evento extremadamente raro. Otros señalan que el tren de aterrizaje no se retrajo tras el despegue, y los alerones podrían no haber estado correctamente configurados, lo que habría impedido al avión ganar altura. Videos del accidente muestran al Boeing luchando por mantenerse en el aire antes de caer en una bola de fuego.
El único sobreviviente, Vishwash Kumar Ramesh, un ciudadano británico de origen indio, viajaba en el asiento 11A, cerca de una salida de emergencia. Rescatado entre los escombros, Ramesh relató haber escuchado un fuerte ruido 30 segundos después del despegue, seguido de un estruendo. Actualmente se encuentra en estado crítico pero estable en un hospital de Ahmedabad, donde es atendido por múltiples heridas.
El impacto en tierra fue igualmente devastador. El avión se estrelló contra el comedor de una residencia de estudiantes, matando al menos a cinco personas, incluyendo estudiantes de medicina, y dejando decenas de heridos. Los cuerpos, muchos de ellos calcinados, han complicado las labores de identificación, obligando a las autoridades a realizar pruebas de ADN para entregar los restos a las familias.
Air India ha establecido centros de asistencia en Ahmedabad, Bombay, Delhi y Londres para apoyar a los familiares de las víctimas. La aerolínea confirmó que a bordo viajaban 169 ciudadanos indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense. La tragedia ha generado un duelo colectivo, con el primer ministro Narendra Modi visitando el lugar del accidente para expresar su solidaridad.
La comunidad internacional también se ha movilizado. La Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos enviarán equipos para colaborar en la investigación. Mientras tanto, el Aeropuerto de Ahmedabad ha suspendido operaciones, y los esfuerzos se centran en analizar los datos de la caja negra para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir.
Este accidente, el primero en la historia del Boeing 787 Dreamliner, ha puesto en el centro del debate la seguridad aérea. A medida que las investigaciones avanzan, el mundo espera respuestas que expliquen por qué un vuelo de rutina terminó en una de las peores catástrofes aéreas de la década.