Irán lanzó una tercera oleada de misiles contra Israel en la madrugada de este viernes, intensificando un conflicto que mantiene en vilo a Medio Oriente. El ataque, que comenzó pasada la medianoche, hizo sonar las alarmas antiaéreas en varias zonas del país, incluyendo Jerusalén, donde se reportaron explosiones en el cielo.
El Ejército israelí confirmó la detección de misiles provenientes de Irán y aseguró que sus Fuerzas de Defensa están trabajando para interceptar las amenazas. En un comunicado, indicaron que los sistemas de defensa aérea operan a máxima capacidad para neutralizar los proyectiles y proteger a la población.
Medios locales, como The Times of Israel, reportaron múltiples impactos en el área de Tel Aviv, con varios edificios dañados en el centro del país. Hasta el momento, no se han proporcionado cifras oficiales de víctimas, pero los servicios de emergencia están atendiendo heridos en la zona metropolitana.
La escalada comenzó tras los bombardeos israelíes contra instalaciones militares y nucleares en Irán, que dejaron al menos 78 muertos y más de 320 heridos, según el embajador iraní ante la ONU. Teherán calificó los ataques como un acto de agresión y prometió una respuesta contundente.
Irán, por su parte, justificó sus lanzamientos como una medida de defensa contra lo que llamó “ataques terroristas” de Israel. La Guardia Revolucionaria Islámica afirmó que los misiles apuntaron a bases militares y centros estratégicos, aunque algunos proyectiles lograron evadir la Cúpula de Hierro, el sistema antimisiles israelí.
En Tel Aviv, los servicios sanitarios reportaron al menos 63 heridos, dos de ellos en estado grave, tras los impactos de los misiles. Los bomberos trabajan para rescatar a personas atrapadas en edificios dañados, mientras los civiles permanecen en refugios antiaéreos.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Rusia condenó los bombardeos israelíes, mientras que Estados Unidos reafirmó su apoyo a Israel, acusando a Irán de ser el principal instigador de la violencia. La ONU convocará una reunión extraordinaria para abordar la crisis.
Este nuevo episodio eleva los temores de una guerra regional de mayor escala. Mientras tanto, los habitantes de Jerusalén y Tel Aviv viven momentos de incertidumbre, con las sirenas antiaéreas resonando en la noche y los cielos iluminados por las intercepciones de misiles.