Un escándalo sacude a los Legionarios de Cristo tras la detención de Antonio María Cabrera Cabrera, sacerdote de esta orden religiosa, acusado de múltiples abusos sexuales contra un menor entre 2004 y 2011. La captura ocurrió en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, marcando un nuevo capítulo en los señalamientos contra esta organización.
Cabrera, quien fungía como director de la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac Norte, fue aprehendido por la Fiscalía del Estado de México la madrugada del jueves. Los agentes de la Policía de Investigación lo detuvieron a las 4:00 horas al llegar de un vuelo internacional. Actualmente, el sacerdote se encuentra en el Penal de Barrientos, a la espera de que se defina su situación jurídica.
La denuncia que llevó a su captura fue presentada el 16 de enero de 2025 por la víctima, identificada como PZF, quien hoy tiene 28 años. Según los informes, los abusos comenzaron cuando la víctima tenía apenas 6 años y se prolongaron hasta los 13. Los hechos ocurrieron en diversos momentos, incluyendo en el propio hogar del menor, lo que agrava la naturaleza de los delitos.
Los detalles de la acusación son estremecedores. La Fiscalía señala que Cabrera aprovechó la confianza de la familia para cometer los abusos. Incluso, cuando la víctima tenía 15 años, el sacerdote habría intentado una última agresión sexual. La madre de PZF, al expresar su preocupación a los Legionarios de Cristo, recibió una respuesta insensible desde el Vaticano: “No se preocupe, debe haber sido una atracción muy puntual hacia su hijo”.
Este caso reaviva las críticas hacia los Legionarios de Cristo, una orden marcada por escándalos previos relacionados con su fundador, Marcial Maciel, también acusado de abusos sexuales. Cabrera, conocido por su cercanía con Maciel, había ocupado puestos de alto perfil en instituciones educativas, lo que genera cuestionamientos sobre la supervisión de la orden.
La víctima, que ahora vive fuera de México, enfrenta secuelas psiquiátricas derivadas de los abusos. En abril de 2025, PZF coincidió con Cabrera en un vuelo de la Ciudad de México a Madrid y tomó una fotografía que sirvió como evidencia. Este encuentro fortuito pudo haber sido clave para reactivar el caso y llevar a la detención.
Tras la captura, los Legionarios de Cristo emitieron un comunicado asegurando que colaborarán con las autoridades. Sin embargo, afirmaron no haber recibido información previa sobre el caso, una postura que ha generado escepticismo entre quienes siguen de cerca los señalamientos contra la orden.
El caso de Cabrera se suma a una serie de denuncias que han puesto en tela de juicio la credibilidad de los Legionarios de Cristo. La sociedad mexicana exige justicia y una investigación profunda para esclarecer si hubo encubrimiento o negligencia por parte de la organización religiosa.
La audiencia para formular cargos contra Cabrera está en curso, y un juez del Penal de Barrientos determinará su responsabilidad. Mientras tanto, la detención de este sacerdote reabre el debate sobre la impunidad en casos de abuso dentro de instituciones religiosas.
Este escándalo no solo afecta a los Legionarios de Cristo, sino que pone bajo escrutinio la capacidad de las autoridades para prevenir y sancionar estos delitos. La atención pública está centrada en el desarrollo de este caso, que promete revelar más detalles en los próximos días.