En un nuevo episodio que pone en alerta a la población, policías del Operativo Intermunicipal Altos Norte en Teocaltiche, Jalisco, lograron desmantelar un intento de secuestro virtual dirigido a dos estudiantes originarios de Aguascalientes. Los jóvenes, de 18 y 21 años, fueron víctimas de una extorsión que buscaba arrancarles 500 mil pesos a sus familias.
Los hechos ocurrieron cuando los estudiantes recibieron llamadas amenazantes de un número desconocido. Los delincuentes, con un discurso intimidante, les exigieron salir de su ubicación y permanecer incomunicados, mientras contactaban a sus familiares para exigir el pago de un supuesto rescate. Este tipo de engaño, conocido como secuestro virtual, sigue siendo una práctica recurrente en México.
La rápida intervención de las autoridades locales fue clave para evitar una tragedia. Gracias a un reporte ciudadano, los policías municipales, en coordinación con el operativo intermunicipal, rastrearon a los estudiantes hasta un centro comercial en Teocaltiche. Ahí, los encontraron sanos y salvos, aunque visiblemente afectados por la experiencia.
Este caso pone de manifiesto, una vez más, la creciente ola de inseguridad que azota al país. Los secuestros virtuales, que se valen de la manipulación psicológica y el miedo, han encontrado en los jóvenes un blanco fácil. Las autoridades han señalado que el 95 por ciento de estas llamadas provienen de centros penitenciarios, lo que evidencia la falta de control en el sistema carcelario.
A pesar de la actuación oportuna de los policías, el incidente deja un sabor amargo. La ausencia de estrategias efectivas por parte del gobierno para frenar este tipo de delitos sigue siendo un reclamo constante de la ciudadanía. Los padres de los estudiantes expresaron su alivio, pero también su indignación por la vulnerabilidad en la que viven sus hijos.
La Secretaría de Seguridad de Jalisco ha insistido en que la población debe colgar de inmediato ante cualquier llamada sospechosa y reportarla al 911. Sin embargo, estas recomendaciones parecen insuficientes cuando los delincuentes operan con total impunidad desde las sombras. La sociedad exige acciones concretas, no solo paliativos.
El caso de Teocaltiche se suma a una lista alarmante de incidentes similares en Jalisco. Tan solo en 2024, la Universidad de Guadalajara reportó 44 casos de secuestros virtuales entre sus estudiantes. Los datos reflejan una realidad preocupante: los jóvenes están en la mira de los extorsionadores, y las autoridades parecen ir siempre un paso atrás.
Este nuevo episodio enciende las alarmas sobre la urgencia de reforzar la seguridad en el estado y en todo el país. Mientras los ciudadanos enfrentan el temor diario de ser víctimas de la delincuencia, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se seguirá tolerando esta situación?