El viernes 13 de junio, Irán lanzó menos de cien misiles balísticos contra Israel, en un ataque que intensificó el conflicto entre ambos países. El Ejército israelí confirmó que la mayoría de los proyectiles fueron interceptados por sus sistemas de defensa aérea, aunque algunos impactaron edificios, causando daños limitados.
El portavoz militar Effie Defrin explicó que los sistemas de defensa, como la Cúpula de Hierro, lograron neutralizar la mayor parte de los misiles antes de que alcanzaran sus objetivos. Sin embargo, en Tel Aviv, un edificio de varios pisos sufrió daños y un incendio, mientras que en el norte del país se reportaron incendios forestales provocados por los ataques.
El ataque iraní fue una respuesta a los bombardeos israelíes realizados esa misma madrugada contra instalaciones militares y nucleares en Irán. Según medios locales, estos ataques dejaron al menos 78 muertos, incluidos altos mandos militares y civiles, además de más de 320 heridos.
Israel acusó a Irán de trabajar en un programa nuclear secreto para desarrollar armas atómicas, una afirmación que Teherán niega. La ONU, por su parte, señaló que no hay pruebas concluyentes de que el programa nuclear iraní tenga fines militares, aunque tampoco garantiza que sea completamente pacífico.
En una declaración en video, Defrin aseguró que Israel no permitirá que Irán fortalezca su capacidad militar ni produzca misiles que representen una amenaza. También pidió a la población no compartir en redes sociales las ubicaciones de los impactos para evitar que el enemigo refine sus ataques.
Los bomberos israelíes reportaron varios incidentes, especialmente en Tel Aviv, donde trabajaron para evacuar a personas atrapadas en el edificio afectado. En Jerusalén, un misil cayó en un área abierta, y en el sur del país, otros dos impactaron zonas despobladas.
El mercado petrolero reaccionó al conflicto con un aumento significativo en los precios, reflejando el temor a una interrupción en el suministro energético de la región. Este ataque intensifica las preocupaciones sobre una escalada mayor en Medio Oriente.
Irán, a través de su Guardia Revolucionaria, calificó el ataque como el inicio de una “respuesta aplastante” y afirmó haber alcanzado decenas de objetivos militares israelíes. Sin embargo, las autoridades israelíes minimizaron el impacto, asegurando que sus operaciones militares no se vieron comprometidas.
La comunidad internacional sigue el desarrollo del conflicto con atención. Mientras Israel y sus aliados, como Estados Unidos, refuerzan sus defensas, la tensión entre las dos naciones amenaza con desestabilizar aún más la región.

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Misiles iraníes atacan Israel: tensión en Medio Oriente se dispara
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