La presidenta Claudia Sheinbaum insiste en que México siempre promoverá la paz en medio de la escalada de violencia entre Israel e Irán. En su conferencia matutina, la mandataria aseguró que su gobierno busca soluciones pacíficas frente a los recientes ataques aéreos de Israel contra territorio iraní, pero su discurso genera dudas sobre la efectividad de su postura.
Sheinbaum destacó que México condena cualquier forma de violencia, pero evitó señalar directamente a Israel por los bombardeos que, según medios iraníes, dejaron al menos 70 muertos y más de 300 heridos. Su mensaje de “paz en el sentido amplio” suena idealista, aunque críticos cuestionan si esta posición es suficiente para influir en un conflicto de tal magnitud.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, por su parte, emitió un comunicado expresando “profunda preocupación” por la escalada bélica en Medio Oriente. La dependencia reiteró la postura pacifista de México, basada en los principios constitucionales de no intervención y solución diplomática de conflictos, pero no ofreció detalles sobre acciones concretas para mediar en la crisis.
La presidenta no condenó específicamente los ataques israelíes en la Franja de Gaza, que han dejado más de 55,000 muertos y 127,000 heridos, según el ministerio de Sanidad gazatí. Esta omisión ha generado críticas, pues mientras Sheinbaum aboga por la paz, su silencio sobre las víctimas palestinas levanta sospechas de una postura ambigua.
En el pasado, México ha mantenido una posición neutral en el conflicto entre Israel y Palestina, a diferencia de otros países latinoamericanos que han condenado abiertamente las acciones de Israel. Sheinbaum parece seguir esta línea, aunque su discurso enfatiza el diálogo y la diplomacia como únicas vías para resolver la crisis.
La mandataria también evitó mencionar posibles sanciones o medidas diplomáticas contra Israel o Irán, lo que algunos analistas consideran una falta de liderazgo en un momento crítico. Mientras tanto, Irán respondió al ataque israelí con drones que fueron interceptados, intensificando la tensión en la región.
El gobierno de Sheinbaum enfrenta el desafío de mantener su postura pacifista en un contexto internacional complejo, donde las potencias mundiales también han condenado la violencia. Sin embargo, la ausencia de una condena clara a las agresiones específicas podría debilitar la credibilidad de México en el escenario global.
La historia reciente muestra que México ha buscado mediar en conflictos internacionales, pero los resultados han sido limitados. La posición de Sheinbaum, aunque alineada con los principios de política exterior, parece más un discurso simbólico que una estrategia sólida para influir en la paz mundial.
Mientras el conflicto en Medio Oriente se agrava, la pregunta sigue siendo si México, bajo el liderazgo de Sheinbaum, podrá desempeñar un papel relevante en la búsqueda de soluciones o si su mensaje de paz quedará solo en palabras.

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¡MÉXICO ALZA LA VOZ POR LA PAZ EN EL CONFLICTO ISRAEL-IRÁN!
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