El mercado global del petróleo enfrenta una sacudida tras los recientes ataques entre Israel e Irán, que han elevado los precios del crudo en un 6 por ciento. El Brent, referencia internacional, superó los 73 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate alcanzó los 72 dólares, según datos del mercado.
La escalada del conflicto en Oriente Medio ha generado temores sobre posibles interrupciones en el suministro de petróleo. Israel lanzó ataques contra instalaciones nucleares y militares iraníes, lo que provocó una respuesta con misiles desde Irán. Este intercambio ha intensificado la incertidumbre en una región clave para la producción de crudo.
El oro, considerado un activo refugio en tiempos de crisis, también reaccionó al alza. Su precio se acercó a un máximo histórico, superando los 3,450 dólares por onza. Los inversionistas buscan proteger su capital ante la volatilidad geopolítica y económica desatada por el conflicto.
La tensión en Oriente Medio no solo afecta los precios de las materias primas, sino también los mercados financieros. Las bolsas europeas cerraron con caídas, reflejando la preocupación por las consecuencias económicas de una posible escalada militar. El dólar, por su parte, mostró un comportamiento mixto frente a otras monedas.
Analistas advierten que un conflicto prolongado podría agravar la inflación global. El aumento en los costos de la energía impacta directamente a los consumidores, elevando los precios de combustibles y otros bienes. Bancos centrales, como la Reserva Federal, enfrentan ahora mayores desafíos para controlar la inflación sin frenar el crecimiento económico.
A pesar de la abundante capacidad de producción de la OPEP+, liderada por Arabia Saudita, los mercados permanecen nerviosos. Cualquier interrupción en el suministro iraní, que representa un 3.3 por ciento de la oferta mundial, podría agravar la situación. Sin embargo, algunos expertos creen que los precios podrían estabilizarse si no hay una escalada mayor.
El impacto económico de esta crisis se siente en todo el mundo. Países dependientes del petróleo importado, como los de América Latina, podrían enfrentar mayores costos energéticos. Esto, a su vez, podría presionar los presupuestos familiares y empresariales en la región.
La incertidumbre persiste mientras los inversionistas y gobiernos observan de cerca la evolución del conflicto. Los próximos días serán cruciales para determinar si los precios del petróleo y el oro continúan su ascenso o si la situación en Oriente Medio logra estabilizarse.