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La sequía golpea sin piedad a los nogaleros de Delicias: pérdidas millonarias amenazan su futuro

La región de Delicias, Chihuahua, enfrenta una crisis que está poniendo en jaque a los productores de nuez. La sequía prolongada ha reducido drásticamente la disponibilidad de agua, afectando la producción de nogales y generando pérdidas económicas significativas. Los agricultores, que dependen de este cultivo para sostener miles de empleos, ven con preocupación cómo sus huertas se marchitan ante la falta de lluvias y los recortes en los riegos.
El impacto no es solo económico, sino también social. La producción de nuez en Chihuahua genera hasta 12 mil empleos fijos y 30 mil temporales durante la temporada de cosecha y poda. Sin embargo, la escasez de agua pone en riesgo estas fuentes de trabajo, afectando a familias enteras que dependen de esta actividad para su sustento. Los productores reportan que las restricciones en el uso de agua, especialmente tras el cierre de presas como La Boquilla, han limitado los riegos esenciales para los nogales.
Alejandro Licón, presidente de la Asociación de Nogaleros de Delicias, explicó que la sequía ha provocado una disminución de hasta el 40 por ciento en la producción en algunas zonas del estado. En áreas donde el riego depende de pozos profundos, la situación es aún más crítica, ya que el agua subterránea también se está agotando. Este escenario ha llevado a muchos productores a enfrentar pérdidas económicas que amenazan la viabilidad de sus huertas.
Además de la sequía, los costos de producción se han disparado. Los fertilizantes, importados en gran parte de Ucrania, han incrementado su precio debido a conflictos internacionales, mientras que los costos de energía y las cargas fiscales han subido un 30 por ciento, según estimaciones de los productores. Esta combinación de factores ha creado una tormenta perfecta que está afectando la rentabilidad del sector nogalero.
Ante esta crisis, la Secretaría de Desarrollo Rural del estado ha propuesto la reconversión de cultivos como una posible solución. La idea es que los productores de Jiménez y Delicias exploren cultivos alternativos, como el granado, que requieren menos agua y ofrecen mayor rentabilidad. Sin embargo, este cambio implica retos significativos, como la inversión en nuevos cultivos y la capacitación para adaptarse a estas prácticas.
La reconversión no es una solución inmediata. Los productores deben presentar proyectos a la Secretaría de Desarrollo Rural para evaluar la viabilidad de los nuevos cultivos y acceder a apoyos como créditos o equipamiento. Aunque el granado se presenta como una opción prometedora por su bajo consumo de agua y alto valor comercial, muchos agricultores dudan en abandonar el cultivo de nuez, que ha sido el pilar económico de la región durante décadas.
La Asociación de Nogaleros de Delicias no se ha quedado de brazos cruzados. En eventos como el Día del Nogalero, se han presentado nuevas tecnologías de riego, como sistemas de goteo, que pueden reducir el consumo de agua hasta en un 50 por ciento. Estas innovaciones buscan hacer el cultivo más sostenible, pero su adopción requiere inversiones significativas que no todos los productores pueden costear.
A pesar de los esfuerzos, el panorama es desalentador. Las huertas pequeñas están desapareciendo, y muchas se han puesto en venta debido a la baja rentabilidad. Los productores también enfrentan problemas adicionales, como el robo de nuez, un delito que se ha incrementado en la región y que agrava las pérdidas económicas.
La esperanza de los nogaleros recae en una mejora en los precios internacionales de la nuez, especialmente en el mercado de Estados Unidos, principal comprador de este producto. Sin embargo, los precios han permanecido bajos en los últimos años, y la expectativa de un repunte en 2025 aún es incierta. Mientras tanto, los productores buscan adaptarse a las condiciones adversas con tecnologías y estrategias que les permitan sobrevivir.
La sequía no solo es un problema ambiental, sino una amenaza directa al tejido económico y social de Delicias. Sin lluvias suficientes ni apoyos gubernamentales efectivos, los nogaleros enfrentan un futuro incierto, donde la sostenibilidad de sus cultivos y el bienestar de sus comunidades están en juego.

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