La Selección Mexicana de fútbol se prepara para su debut en la Copa Oro 2025, pero el ambiente en Los Ángeles, sede del partido inaugural contra República Dominicana, está lejos de ser festivo. Las recientes redadas migratorias han generado un clima de temor entre la comunidad mexicana, opacando la emoción que suele acompañar al Tricolor en tierras estadounidenses.
El sábado 14 de junio, el SoFi Stadium será el escenario donde México inicie su camino en el torneo regional. Sin embargo, las protestas contra las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han alterado la dinámica habitual de los aficionados. Miles de mexicanos, que tradicionalmente llenan los estadios con cánticos y banderas, ahora dudan en asistir por miedo a ser detenidos.
Las redadas, iniciadas el 6 de junio, han provocado detenciones masivas en zonas de alta población latina, como Paramount y Boyle Heights. Las autoridades han implementado un toque de queda nocturno en el centro de Los Ángeles, lo que ha intensificado la tensión. Este contexto ha llevado a los principales grupos de animación del Tri, como Cielito Lindo, a anunciar que no estarán presentes en el debut, una decisión sin precedentes.
La Selección Mexicana, dirigida por Javier Aguirre, ha tomado medidas ante la situación. El equipo cambió su hotel de concentración del centro de Los Ángeles a Long Beach para evitar las zonas de mayor conflicto. La Concacaf, organizadora del torneo, ha asegurado que monitorea los acontecimientos para garantizar la seguridad de jugadores y aficionados, pero no ha descartado ajustes logísticos si la situación empeora.
A pesar de que se han vendido alrededor de 50 mil boletos para el partido, muchos aficionados están revendiendo sus entradas a precios más bajos, priorizando su seguridad. Una megamarcha programada para el mismo sábado por la mañana en el centro de Los Ángeles, en protesta contra las políticas migratorias, coincide con el horario del encuentro, lo que podría complicar el acceso al estadio.
El impacto de las redadas no solo afecta a los aficionados, sino también a la organización del torneo. La Concacaf ha expresado su compromiso de ofrecer un evento seguro, pero la posibilidad de un estadio semivacío preocupa a los organizadores. Incluso la FIFA, molesta por el empalme del Mundial de Clubes con la Copa Oro, ha cuestionado la gestión logística en la ciudad.
Jugadores como Santiago Giménez y Edson Álvarez, figuras clave del Tri, se preparan para defender el título conseguido en 2023. Sin embargo, la falta de apoyo en las gradas podría afectar el ánimo del equipo. La comunidad mexicana, que históricamente ha convertido los partidos en una celebración cultural, enfrenta un dilema entre su pasión por el fútbol y el temor a las autoridades migratorias.
El entrenador Javier Aguirre ha evitado pronunciarse sobre la crisis migratoria, enfocándose en el aspecto deportivo. Tras el debut, México enfrentará a Surinam y Costa Rica en la fase de grupos, con partidos programados en Arlington y Las Vegas. Mientras tanto, la incertidumbre en Los Ángeles sigue creciendo, marcando un inicio de torneo atípico para el Tricolor.
Este escenario ha generado un debate sobre el impacto de las políticas migratorias en eventos deportivos. Los Ángeles, una ciudad con cerca de un millón de mexicanos, ha sido un bastión de apoyo para el Tri, pero las circunstancias actuales han silenciado los cánticos que suelen resonar en cada partido.
A medida que se acerca el Mundial 2026, donde Los Ángeles será sede de varios encuentros, la situación actual plantea interrogantes sobre la seguridad y la participación de la comunidad latina en eventos deportivos de gran escala. Por ahora, el debut de México en la Copa Oro 2025 será una prueba no solo en la cancha, sino también en las calles.

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La Selección Mexicana enfrenta un debut incierto en la Copa Oro 2025 en Los Ángeles
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