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Israel intensifica su ofensiva contra Irán: Bombardeos en Teherán y planta nuclear subterránea

Israel reanudó el viernes por la tarde una serie de ataques aéreos contra Irán, dirigidos a la capital, Teherán, y a la planta nuclear subterránea de Fordó, una de las instalaciones más importantes del programa nuclear iraní. Los bombardeos marcan una escalada significativa en el conflicto entre ambos países, que lleva años de tensiones por el desarrollo nuclear de Irán.
La ofensiva comenzó alrededor de las 3:30 de la madrugada, hora local, cuando fuertes explosiones sacudieron varios puntos de Teherán, incluyendo el complejo militar de Parchin, al sur de la ciudad. Según medios iraníes, las defensas aéreas del país lograron derribar un dron israelí cerca de la planta de Fordó, aunque no se reportaron daños significativos en la infraestructura nuclear.
El Ministerio de Defensa de Israel confirmó que los ataques forman parte de una operación “preventiva” para neutralizar la amenaza nuclear iraní. El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que los bombardeos continuarán “los días que sean necesarios” para evitar que Irán desarrolle un arma atómica, una acusación que Teherán ha negado repetidamente.
Entre las víctimas de los ataques se encuentran altos mandos militares iraníes, como el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Mohammad Bagheri, y el comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami. La agencia de noticias Mehr reportó al menos nueve civiles muertos y más de 100 heridos en Teherán y otras ciudades afectadas, como Tabriz y Shiraz.
Irán respondió con el lanzamiento de un centenar de drones hacia Israel, aunque las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) aseguraron que la mayoría fueron interceptados sin causar daños significativos. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, prometió un “castigo severo” contra Israel, calificando los ataques como una “declaración de guerra”.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de urgencia para discutir la escalada, mientras que Estados Unidos aclaró que no participó en los bombardeos, aunque reforzó sus sistemas antimisiles en la región. El presidente Donald Trump calificó los ataques como “excelentes” y señaló que evitan que Irán obtenga un arma nuclear.
Los bombardeos también alcanzaron la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, donde Israel asegura haber dañado instalaciones subterráneas clave. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó que no se detectaron cambios en los niveles de radiación, pero expertos advierten que los daños podrían retrasar el programa nuclear iraní.
La situación sigue tensa, con ambos países en alerta máxima. Analistas internacionales temen que esta ofensiva pueda desencadenar una guerra regional más amplia, especialmente si Irán cumple su amenaza de represalias. Por ahora, los enfrentamientos continúan, con reportes de nuevas explosiones en la ciudad santa de Qom, cerca de Fordó.
Esta escalada ocurre en un contexto de negociaciones nucleares estancadas entre Irán y Estados Unidos, que buscaban reanudarse en Omán. La ofensiva israelí podría complicar aún más los esfuerzos diplomáticos, aumentando la incertidumbre en una región ya marcada por conflictos.
Mientras los ataques persisten, la población de Teherán y otras ciudades iraníes enfrenta el temor de nuevas ofensivas. Israel, por su parte, mantiene cerradas sus embajadas en todo el mundo como medida de precaución, en un conflicto que parece lejos de resolverse.

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