La madrugada del 13 de junio marcó un nuevo capítulo en la histórica rivalidad entre Israel e Irán, con un ataque aéreo israelí contra objetivos militares y nucleares en territorio iraní. Este bombardeo, el más significativo hasta la fecha, tuvo como blancos la cúpula militar iraní y sitios estratégicos como la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, según reportes oficiales.
La operación, que involucró 200 aviones de combate y más de 330 municiones, responde a la creciente preocupación de Israel por el programa nuclear iraní, considerado una amenaza existencial. El primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que el ataque apuntó al “corazón” del programa nuclear de Irán, con el objetivo de frenar su capacidad de desarrollar armas nucleares.
No es la primera vez que ambos países chocan. Desde la Revolución Islámica de 1979, que derrocó al Sha Reza Pahlevi, las relaciones entre Israel e Irán pasaron de una alianza estratégica a una enemistad irreconciliable. Antes de 1979, Irán fue uno de los primeros países en reconocer a Israel y un importante proveedor de petróleo.
El programa nuclear iraní ha sido el principal punto de fricción, pero no el único. Irán apoya a grupos como Hezbolá en Líbano, Hamás en Palestina y los hutíes en Yemen, que forman el llamado “Eje de la Resistencia”. Estos grupos han sido señalados por Israel como amenazas directas a su seguridad.
La escalada reciente comenzó en octubre de 2023, tras el ataque de Hamás contra Israel, que dejó 1,200 muertos y desencadenó la guerra en Gaza. Israel acusó a Irán de estar detrás de este ataque, lo que llevó a una serie de enfrentamientos indirectos, incluyendo bombardeos en Siria y Líbano.
En octubre pasado, Irán lanzó cerca de 200 misiles contra Israel en represalia por una incursión israelí en Líbano, aliado de Teherán. La respuesta israelí llegó el 26 de octubre con ataques a instalaciones militares iraníes, marcando un precedente para el reciente bombardeo.
La cronología de esta enemistad incluye momentos clave como las declaraciones del expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad en 2005, quien retomó la frase del ayatolá Jomeini de que Israel “debe ser borrado del mapa”. También destacan incidentes como el asesinato en 2020 del científico nuclear iraní Mohsen Fajrizadeh, atribuido a Israel.
El ataque del 13 de junio no solo impactó a Irán, sino que generó reacciones internacionales. Países como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Qatar condenaron la acción, pidiendo moderación para evitar una escalada mayor en la región.
Mientras tanto, en Tel Aviv, las sirenas de alerta resonaron en la madrugada, recordando a los habitantes la tensión constante. A pesar de la magnitud del ataque, Irán reportó daños limitados en sus defensas aéreas, aunque confirmó la muerte de cuatro soldados.
Este nuevo episodio deja al Medio Oriente en un delicado equilibrio, con el riesgo de represalias iraníes y una posible escalada que podría involucrar a más actores regionales e internacionales.