El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que Israel utilizó equipo militar estadounidense en un ataque a gran escala contra objetivos militares y nucleares en Irán. En una entrevista con Axios, Trump describió el jueves como “un gran día”, destacando que el armamento empleado por Israel fue proporcionado por su país, lo que intensifica la tensión en Medio Oriente.
La ofensiva israelí comenzó en la madrugada del viernes, con explosiones reportadas en Teherán, la capital iraní. Según el Ministerio de Defensa de Israel, el ataque fue un movimiento preventivo para frenar el programa nuclear de Irán, que consideran una amenaza directa. Israel apuntó a instalaciones clave, incluyendo la planta nuclear de Fordow y el sitio de enriquecimiento de uranio en Natanz.
Trump señaló que el ataque podría presionar a Irán para negociar un nuevo acuerdo nuclear. En sus declaraciones, afirmó que dio a Teherán un ultimátum de 60 días para llegar a un pacto, plazo que expiró sin resultados. “Quizá ahora negocien seriamente”, comentó, sugiriendo que la ofensiva podría forzar a Irán a ceder en las conversaciones previstas para este domingo en Mascate, Omán.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que Estados Unidos estaba al tanto de los planes de ataque. En un mensaje en video, Netanyahu aseguró que sin el respaldo estadounidense, la operación no habría sido posible, lo que evidencia una coordinación previa entre ambos países. Este respaldo ha generado críticas internacionales, con llamados a la desescalada.
Irán respondió con una contraofensiva, lanzando misiles balísticos contra Tel Aviv, que dejaron al menos 40 heridos, dos de ellos graves, según los servicios de emergencia israelíes. La defensa aérea de Teherán se activó tras los ataques, pero los daños en la capital iraní aún no han sido completamente evaluados. La escalada ha encendido las alarmas en la región.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión urgente para abordar la crisis. Países como Reino Unido y Rusia expresaron preocupación por la escalada de tensiones. El primer ministro británico, Keir Starmer, pidió un retorno a la diplomacia, mientras que el Kremlin condenó los ataques y llamó a evitar una confrontación mayor.
Trump, por su parte, advirtió a Irán en su red social Truth Social que, de no alcanzar un acuerdo, enfrentarán “ataques más brutales”. Subrayó la superioridad del equipo militar estadounidense en manos de Israel, afirmando que “saben cómo usarlo”. Estas palabras han avivado el temor a un conflicto más amplio.
La comunidad internacional observa con cautela los acontecimientos. Mientras Israel justifica su ofensiva como una medida de defensa, Irán denuncia una agresión injustificada. Las negociaciones nucleares, que estaban a punto de entrar en una sexta ronda, ahora enfrentan un futuro incierto.
La situación en Medio Oriente sigue siendo volátil, con ambos bandos en alerta máxima. Los próximos días serán cruciales para determinar si la diplomacia puede evitar una guerra a gran escala o si la región se hundirá en un conflicto aún más devastador.