Las Fuerzas Armadas de Irán han reivindicado un ataque con misiles contra múltiples objetivos en Tel Aviv y Jerusalén, en una escalada sin precedentes del conflicto con Israel. Este viernes 13 de junio, docenas de proyectiles balísticos fueron disparados desde territorio iraní, según confirmaron fuentes militares de ambos países. El ataque, calificado por Teherán como una respuesta a bombardeos israelíes previos, ha dejado al menos 35 heridos en Israel, dos de ellos en estado grave.
El sistema de defensa aérea de Israel, conocido como Cúpula de Hierro, logró interceptar varios misiles, pero algunos impactaron en zonas urbanas. En Tel Aviv, una columna de humo se elevó entre los rascacielos, mientras que en Jerusalén se escucharon explosiones que sacudieron la ciudad. Las sirenas antiaéreas resonaron en todo el país, obligando a millones de civiles a buscar refugio en búnkeres y espacios protegidos.
La Guardia Revolucionaria de Irán anunció que el ataque, bautizado como Operación Verdadera III, tuvo como blanco bases militares, centros de inteligencia y aeropuertos en Israel. El líder supremo iraní, Ali Jamenei, afirmó en un discurso televisado que las fuerzas iraníes buscan “hundir en la desgracia al régimen sionista”. Teherán justificó la ofensiva como una retaliación por los recientes ataques israelíes contra instalaciones nucleares y militares en Irán, que dejaron decenas de muertos, incluidos altos mandos.
Israel, por su parte, respondió con firmeza. El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el ataque iraní como un “grave error” y prometió que Teherán “pagará un alto precio”. Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que decenas de cazas ya están operando para neutralizar amenazas adicionales, mientras el país permanece en estado de emergencia. El espacio aéreo israelí fue cerrado, y las autoridades instaron a la población a permanecer en lugares seguros.
El conflicto comenzó a intensificarse esta madrugada, cuando Israel lanzó una operación aérea masiva contra Irán, bajo el nombre de León Ascendente. Según las autoridades israelíes, el ataque buscaba frenar el programa nuclear iraní, que consideran una amenaza existencial. Los bombardeos israelíes alcanzaron la planta nuclear de Natanz y otras instalaciones estratégicas, causando la muerte de varios comandantes iraníes, incluido el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salamí.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Estados Unidos, aliado clave de Israel, confirmó haber asistido en la intercepción de misiles iraníes, aunque el gobierno de Donald Trump subrayó que no participó en los ataques iniciales contra Irán. El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia para discutir la crisis, mientras líderes como el ruso Vladimir Putin condenaron la escalada de violencia.
El impacto de estos enfrentamientos se siente más allá de las fronteras de ambos países. Irak presentó una queja ante la ONU por la violación de su espacio aéreo durante los ataques israelíes, y países vecinos como Líbano y Siria permanecen en alerta. La región de Medio Oriente se encuentra al borde de una crisis mayor, con el riesgo de que el conflicto se extienda.
A medida que la situación evoluciona, los ojos del mundo están puestos en Israel e Irán. La tensión entre ambas naciones, alimentada por años de rivalidad, ha alcanzado un punto crítico. Los próximos movimientos de ambos lados podrían determinar si esta escalada desemboca en una guerra a gran escala o si la diplomacia logra frenar el conflicto.

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Irán lanza ataque masivo contra Israel: Misiles impactan Tel Aviv y Jerusalén
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