En un nuevo capítulo de tensiones en Medio Oriente, Irán ha acusado directamente a Estados Unidos de ser cómplice de Israel en los recientes ataques contra sus instalaciones militares y nucleares. La denuncia fue presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde el embajador iraní, Amir Saeid Jalil Iravani, señaló que Washington tiene responsabilidad en las agresiones.
Los bombardeos israelíes, que comenzaron en la madrugada del viernes, golpearon varios puntos estratégicos en Irán, incluida la capital, Teherán, y la planta nuclear de Natanz. Según reportes, los ataques dejaron decenas de víctimas, entre ellas altos mandos militares y científicos clave del programa nuclear iraní.
Irán calificó los ataques como una grave violación de su soberanía y un acto de agresión bajo el derecho internacional. En una carta enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, afirmó que su país responderá de manera decisiva y proporcional a lo que describió como un ataque cobarde.
Israel, por su parte, defendió los bombardeos como una operación preventiva destinada a frenar el programa nuclear iraní. El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que los ataques continuarán el tiempo necesario para neutralizar la amenaza. El Ministerio de Defensa israelí también advirtió sobre posibles represalias con misiles y drones desde Irán.
Estados Unidos, señalado por Irán como cómplice, afirmó que fue informado previamente de los ataques, pero negó cualquier participación militar directa. Un alto funcionario del Departamento de Estado justificó la operación israelí, acusando a Irán de desestabilizar la región con ataques previos contra civiles israelíes.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. La ONU llamó a ambas partes a mostrar contención y resolver el conflicto mediante la diplomacia. La agencia nuclear de la ONU confirmó que la planta de Natanz sufrió daños, aunque la contaminación reportada es manejable.
Países como Arabia Saudita, Cuba y Venezuela condenaron los ataques, mientras que Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda expresaron inquietud por la escalada. Irak, por su parte, presentó una queja ante la ONU por la violación de su espacio aéreo durante los bombardeos.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, prometió un duro castigo para Israel, reconociendo la pérdida de comandantes y científicos, pero asegurando que sus sucesores continuarán el trabajo nuclear. Mientras tanto, Irán comenzó a lanzar misiles contra Israel, marcando el inicio de su contraataque.
Este conflicto ha disparado los precios del petróleo y generado temores de una guerra regional más amplia. Las bolsas europeas registraron caídas, reflejando la incertidumbre global ante la escalada.
La situación sigue en desarrollo, con el Consejo de Seguridad de la ONU reunido de emergencia para discutir el tema. La tensión entre Irán e Israel, con Estados Unidos en el centro de las acusaciones, mantiene al mundo en vilo.

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Irán estalla contra Estados Unidos en la ONU por su presunta complicidad con Israel en ataques a instalaciones nucleares
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