La Federación Mexicana de Esgrima (FME) enfrenta una nueva polémica que sacude al deporte nacional. Jorge Castro, presidente de la FME, ha sido señalado por operar de manera irregular, pero sigue contando con el respaldo de María José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano (COM). Este apoyo ha generado críticas y cuestionamientos sobre la transparencia en la gestión deportiva.
Desde 2021, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y la Federación Internacional de Esgrima (FIE) desconocen a Castro como presidente de la FME. La razón principal es la falta de un proceso electoral legítimo para su reelección, además de acusaciones por falsificación de documentos en 2018, incluyendo la firma de una directiva de la FIE. A pesar de esto, Castro continúa al frente de la federación.
La FIE ha tomado medidas drásticas. En 2023, anunció la creación de un Comité de Transición para establecer una nueva federación en México, con el objetivo de proteger los intereses de los esgrimistas. Sin embargo, el COM, liderado por Alcalá, se ha negado a apoyar esta iniciativa, manteniendo su respaldo a Castro, quien incluso asistió a los Juegos Olímpicos de París 2024 con acreditación oficial.
El abogado Luis Jiménez, especialista en derecho deportivo, ha calificado las acciones de Castro como un “engaño” a la comunidad de la esgrima. Según Jiménez, la FME opera como una asociación civil, no como una federación deportiva reconocida, lo que invalida sus convocatorias a eventos como el selectivo nacional para 2025. Estas irregularidades han dejado a los atletas en una posición vulnerable.
A pesar de las resoluciones de Conade, que revocó el Registro Único del Deporte (RUD) a la FME en 2024, Castro sigue organizando eventos con el aval del COM. Esta situación ha generado críticas por la aparente protección que Alcalá brinda a Castro, quien fue uno de los votantes clave para su elección como presidenta del COM en 2021.
El conflicto no es nuevo. Desde hace años, la FME ha sido acusada de manejos turbios, incluyendo la manipulación de convocatorias y estatutos para perpetuar a Castro en el poder. Estas prácticas han dañado la credibilidad del organismo y han afectado la preparación de los esgrimistas mexicanos rumbo a competencias internacionales.
La postura del COM ha sido cuestionada por su contradicción. Mientras Alcalá exigió el desconocimiento de otros dirigentes en casos similares, como el de la Federación Mexicana de Natación, en el caso de Castro ha optado por defenderlo, alegando una supuesta violación a la Carta Olímpica por parte de la FIE. Expertos consideran que esta defensa carece de sustento legal.
El impacto de esta controversia recae directamente en los atletas. Sin una federación reconocida, los esgrimistas mexicanos enfrentan incertidumbre para competir en eventos internacionales, como los Juegos Panamericanos Junior 2025. La falta de claridad en la dirigencia pone en riesgo su preparación y oportunidades de destacar a nivel global.
La situación de la FME es un reflejo de los problemas que persisten en el deporte mexicano. La falta de transparencia y los conflictos de interés entre dirigentes han generado un ambiente de desconfianza que afecta a quienes dedican su vida a la esgrima. La comunidad deportiva espera una solución que priorice el bienestar de los atletas.

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Escándalo en la esgrima mexicana: María José Alcalá protege a Jorge Castro pese a irregularidades
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