La moneda mexicana sufrió un fuerte retroceso este viernes, superando la barrera de los 19 pesos por dólar, un nivel no visto en meses. El tipo de cambio cerró en 19.0895 unidades, lo que representa una depreciación del 1.09% respecto al día anterior. Este movimiento se desencadenó por un ambiente de incertidumbre global tras los recientes ataques aéreos de Israel contra Irán, denominados “Fuerza de León”.
El conflicto entre Israel e Irán ha generado una ola de aversión al riesgo en los mercados financieros. Los inversionistas, preocupados por las posibles repercusiones económicas y geopolíticas, optaron por refugiarse en activos más seguros, como el dólar estadounidense. Esto provocó una presión inmediata sobre monedas emergentes, incluyendo el peso mexicano, que no pudo mantener su racha ganadora de las últimas semanas.
Según analistas, el ataque israelí a Teherán, capital de Irán, ha elevado la tensión en una región ya volátil. La posibilidad de una escalada militar ha disparado los precios del petróleo, lo que añade más incertidumbre al panorama económico global. México, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones y el comercio con Estados Unidos, se ve particularmente afectado por estas dinámicas.
El Banco de México reportó que el tipo de cambio alcanzó un máximo de 19.15 pesos por dólar durante las primeras horas de la jornada. Este nivel refleja la creciente preocupación de los mercados ante los eventos internacionales. Especialistas señalan que la fortaleza del dólar no solo responde al conflicto en Medio Oriente, sino también a la expectativa de políticas comerciales más restrictivas en Estados Unidos.
A pesar de la depreciación, algunos expertos consideran que el peso mexicano podría estabilizarse en los próximos días si no hay una escalada mayor en el conflicto. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que cualquier nuevo desarrollo en la región podría mantener la presión sobre la moneda mexicana. Los inversionistas estarán atentos a las declaraciones de los líderes de ambos países.
El impacto de esta situación no se limita al tipo de cambio. Los precios del petróleo, que subieron tras los ataques, podrían encarecer los combustibles en México. Esto, a su vez, podría presionar los costos de transporte y productos básicos, afectando el bolsillo de los consumidores. La inflación, que ya ha sido un tema de preocupación, podría verse agravada por estas circunstancias.
Analistas de instituciones como Bloomberg y Citibanamex han ajustado sus proyecciones para el peso. Mientras que algunos esperaban que la moneda cerrara el año por debajo de las 19 unidades, ahora prevén que podría mantenerse en niveles más altos si las tensiones persisten. La economía mexicana, que ya enfrenta retos como la desaceleración en Estados Unidos, se encuentra en una posición vulnerable.
El panorama económico para México en 2025 se complica aún más con estos eventos. Las proyecciones de crecimiento del PIB, que ya habían sido revisadas a la baja por organismos como la CEPAL, podrían sufrir nuevos recortes. La combinación de un peso más débil y un entorno global incierto plantea desafíos significativos para la estabilidad económica del país.
Por ahora, los mercados permanecerán atentos a cualquier noticia proveniente de Medio Oriente. La evolución del conflicto entre Israel e Irán será clave para determinar si el peso puede recuperar terreno o si continuará su tendencia a la baja. Mientras tanto, los mexicanos enfrentan un escenario de incertidumbre que podría impactar desde los precios en los supermercados hasta las tasas de interés.