En el centro de Monterrey, las tiendas lucen desiertas a pesar de la cercanía del Día del Padre. A solo horas de la celebración, los comercios que ofrecen regalos para papá apenas muestran movimiento, con productos que acumulan polvo en los estantes.
Los negocios de ropa, accesorios y artículos electrónicos, que suelen ser los más buscados para esta fecha, reportan una baja afluencia de clientes. Los encargados de las tiendas señalan que, a diferencia de otras festividades como el Día de las Madres, esta ocasión no genera el mismo entusiasmo entre los regiomontanos.
Un recorrido por las calles del primer cuadro de la ciudad revela un ambiente tranquilo, casi indiferente. Los escaparates con promociones para el Día del Padre pasan desapercibidos, y los pocos transeúntes parecen más ocupados en otras actividades que en buscar un regalo para los papás.
Comerciantes como Juan Morales, dueño de una tienda de artículos deportivos en la calle Morelos, comentan que las ventas han sido decepcionantes. “Esperábamos un repunte, pero la gente no está comprando como en años anteriores. No sé si es por la economía o porque simplemente no le dan importancia a la fecha”, expresó.
En contraste, algunos restaurantes del centro de Monterrey comienzan a prepararse para recibir a familias el domingo. Sin embargo, incluso en estos lugares, la afluencia no se compara con la de otras celebraciones. Meseros y gerentes coinciden en que las reservaciones para el Día del Padre son mínimas hasta ahora.
Los analistas locales apuntan a varios factores para explicar esta apatía. La situación económica, con precios en aumento y presupuestos ajustados, podría estar limitando las compras. Además, la falta de campañas publicitarias atractivas también juega un papel en la baja expectativa por la festividad.
En las redes sociales, algunos usuarios regiomontanos han compartido que prefieren celebraciones más personales, como reuniones en casa, en lugar de gastar en regalos costosos. Esta tendencia podría estar influyendo en la poca actividad comercial observada en el centro.
A pesar del panorama, algunos comercios mantienen la esperanza de un repunte de última hora. Tiendas de ropa y perfumerías han extendido sus horarios este fin de semana, confiando en que los compradores de última hora salven la temporada.
Mientras tanto, en las calles de Monterrey, el Día del Padre parece pasar como un día más. La falta de entusiasmo comercial contrasta con el cariño que muchas familias expresarán en privado, demostrando que, para muchos, el verdadero regalo es el tiempo compartido.
El centro de Monterrey, conocido por su bullicio, permanece inusualmente calmado en vísperas de esta celebración. La pregunta queda en el aire: ¿será esta una señal de tiempos cambiantes o simplemente una pausa en la tradición?

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Día del Padre pasa desapercibido en el corazón de Monterrey
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