El Departamento de Estado de Estados Unidos y el embajador estadounidense en México, Ronald Johnson, han negado rotundamente las acusaciones de que el gobierno de Donald Trump ofreció alivio arancelario a México a cambio de investigar a políticos de alto nivel. Esta declaración surge tras reportes que sugerían un supuesto acuerdo entre ambos países, lo que ha generado controversia en la relación bilateral.
La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado fue clara al calificar como “categóricamente falso” cualquier insinuación de que Estados Unidos propuso beneficios comerciales a México para presionar por investigaciones a figuras políticas. Según las autoridades estadounidenses, la cooperación entre ambos países se centra en combatir a los cárteles y a los actores corruptos que los facilitan, sin involucrar negociaciones de este tipo.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México también desmintió las versiones que señalaban una solicitud de Estados Unidos para investigar y procesar a políticos mexicanos vinculados al crimen organizado. La Cancillería aseguró que no existen tales peticiones formales en las reuniones de alto nivel entre ambos gobiernos, reafirmando la postura de soberanía del país.
El embajador Ronald Johnson respaldó esta postura, enfatizando que no hay evidencia de un ofrecimiento de reducción arancelaria a cambio de acciones judiciales contra políticos mexicanos. Estas declaraciones buscan aclarar los rumores que han circulado en medios internacionales, los cuales apuntaban a una presión directa de la administración Trump sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum.
El tema de los aranceles ha sido un punto sensible en la relación México-Estados Unidos desde que Trump regresó a la presidencia. Su administración ha implementado una política comercial agresiva, incluyendo amenazas de imponer gravámenes del 25% a productos mexicanos, lo que ha generado tensiones económicas y políticas en la región.
A pesar de las negaciones, reportes previos de medios como Reuters sugerían que el secretario de Estado, Marco Rubio, y su equipo habrían planteado en varias ocasiones la necesidad de que México investigara a figuras políticas, especialmente ligadas a Morena, el partido en el poder. Estas versiones indicaban que la presión incluía posibles extradiciones y medidas contra la narcocorrupción.
El gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, ha mantenido un enfoque de diálogo para evitar una escalada en la guerra comercial. La presidenta ha destacado la importancia de la cooperación en temas de seguridad y migración, mientras busca proteger los intereses económicos de México frente a las políticas proteccionistas de Trump.
La relación bilateral sigue siendo un tema de interés global, especialmente por el impacto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las autoridades de ambos países insisten en que la colaboración continúa, pero las especulaciones sobre presiones políticas y aranceles mantienen la atención en las negociaciones en curso.
La desmentida de estas acusaciones busca calmar las aguas en un contexto de tensiones comerciales y diplomáticas. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre cómo evolucionará la relación entre México y Estados Unidos bajo la administración Trump, especialmente en temas sensibles como el comercio y la lucha contra el crimen organizado.
Por ahora, ambos gobiernos parecen comprometidos con mantener un diálogo constructivo, aunque las versiones sobre presiones políticas han dejado un eco de desconfianza que podría complicar futuras negociaciones. La atención está puesta en la próxima cumbre del G7 en Canadá, donde Sheinbaum podría reunirse con Trump para abordar estos temas directamente.

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Departamento de Estado desmiente presión de Trump sobre México por políticos corruptos
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