Un funcionario del Pentágono confirmó que Estados Unidos no participó ni brindó asistencia en el reciente ataque israelí contra Irán. La declaración, enviada por correo electrónico a la agencia EFE, subraya que Washington está al tanto de los bombardeos, pero se mantiene al margen de la operación.
El ataque, descrito por Israel como un “golpe preventivo”, tuvo lugar en Teherán, la capital iraní, hacia las siete de la noche, hora de Perú. Según el Ministerio de Defensa israelí, la acción buscaba neutralizar una amenaza inminente, aunque no se han detallado los objetivos específicos alcanzados.
El Pentágono fue claro al limitar su comentario: “No hubo participación ni asistencia estadounidense. Para más información, contactar a la Casa Blanca”. Sin embargo, hasta el momento, la Oficina Presidencial no ha emitido ninguna respuesta oficial sobre los hechos.
Mientras los bombardeos se llevaban a cabo, el presidente Donald Trump se encontraba en un evento social en la Casa Blanca, saludando a los asistentes del tradicional picnic del Congreso. Esta situación ha generado especulaciones sobre la postura de Estados Unidos ante el conflicto.
Israel, por su parte, ha declarado un estado de emergencia especial en todo su territorio, anticipando posibles represalias iraníes con misiles y drones. El Ministerio de Defensa israelí advirtió que la población civil podría estar en riesgo en las próximas horas.
La escalada de tensiones en la región ha puesto los ojos del mundo en Oriente Medio. Medios iraníes reportaron explosiones en Teherán, mientras que Israel asegura que sus acciones fueron necesarias para proteger su seguridad nacional.
El embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, afirmó estar siguiendo de cerca la situación desde Jerusalén. En un breve mensaje en redes sociales, pidió oraciones por la paz en la región, sin ofrecer más detalles sobre la postura de su gobierno.
Este ataque se produce en un contexto delicado, con negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán programadas para los próximos días. La incertidumbre sobre el futuro de estos diálogos crece, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos.