La sequía extrema que azota Chihuahua ha golpeado duramente al sector agrícola, dejando sin posibilidad de siembra unas 60 mil hectáreas destinadas a cultivos clave como alfalfa, maíz y cebolla. La falta de agua en las principales presas del estado ha generado una crisis sin precedentes para los productores de la región.
Las presas La Boquilla y Las Vírgenes, fundamentales para el riego en el distrito 005 de Delicias, se encuentran en niveles críticos, con apenas 15.4% y 11.6% de su capacidad, respectivamente. Esta situación ha llevado a la cancelación del ciclo agrícola primavera-verano 2025, afectando directamente a miles de agricultores que dependen de estos embalses.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha reportado que el promedio de almacenamiento en las 10 presas monitoreadas en Chihuahua es de solo 19.15%. La escasez de lluvias, combinada con temperaturas elevadas, ha agravado las condiciones, dejando a los productores sin opciones viables para regar sus tierras.
En la región centro-sur del estado, los cultivos de alfalfa, esenciales para la ganadería y la cuenca lechera, están en riesgo. Los agricultores enfrentan el dilema de recurrir a pozos profundos, pero los altos costos de extracción hacen que esta alternativa sea poco rentable, especialmente para productos como maíz y cebolla.
La Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) de Chihuahua ha anunciado un presupuesto de más de mil millones de pesos para mitigar los efectos de la sequía. Este incluye apoyos como tecnificación de riego, empleo temporal y entrega de insumos, pero los productores advierten que estas medidas podrían no ser suficientes para contrarrestar la magnitud de la crisis.
La sequía, que se ha intensificado desde 2021, también amenaza con impactos económicos y sociales más amplios. La reducción en la producción de alimentos podría disparar los precios de productos básicos, afectando tanto a los consumidores como a los ganaderos que dependen de forrajes para sus hatos.
En regiones como Delicias, Meoqui y Rosales, los agricultores están explorando cultivos alternativos como chile o cebolla, que requieren menos agua. Sin embargo, la transición a estos cultivos implica riesgos financieros y no garantiza una solución a largo plazo ante la persistente falta de precipitaciones.
La situación ha generado preocupación entre las comunidades rurales, donde la agricultura es el principal sustento. La falta de un ciclo agrícola completo en 2025 podría llevar a una migración hacia zonas urbanas y a una crisis económica en las regiones más afectadas.
El gobierno estatal ha emitido una declaratoria de emergencia por sequía, pero los productores señalan que la respuesta debe ser más ágil y efectiva. La dependencia de las presas y la falta de infraestructura alternativa agravan el problema, dejando al sector agrícola en una posición vulnerable.
Chihuahua, uno de los principales productores de alimentos en México, enfrenta un panorama desolador. Sin lluvias significativas en el horizonte, el futuro de la agricultura en la región pende de un hilo, mientras los productores buscan soluciones para sobrevivir a esta catástrofe climática.

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Sequía en Chihuahua deja sin siembra 60 mil hectáreas de alfalfa, maíz y cebolla
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