La bancada del PAN en Nuevo León ha puesto en el centro de la controversia al secretario general de Gobierno, Javier Navarro, al cuestionar su posible salida del cargo. Según fuentes legislativas, la tensión entre el funcionario y el Congreso local ha alcanzado un punto crítico, alimentando rumores sobre su renuncia o destitución.
El origen del conflicto radica en la falta de publicación de más de 100 decretos y acuerdos aprobados por el Congreso en el Periódico Oficial del Estado. Los panistas acusan a Navarro de incumplir con sus responsabilidades, lo que ha generado fricciones con el Poder Legislativo. Esta situación no es nueva, pues el funcionario ha enfrentado críticas similares desde 2022.
Lorena de la Garza, presidenta del Congreso, ha sido una de las voces más críticas. La diputada priista señaló que Navarro ha entrampado la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, sugiriendo que el gobernador Samuel García debería considerar un cambio en su equipo. Las declaraciones de De la Garza reflejan el hartazgo de un sector del Congreso ante la falta de avances.
Por su parte, Navarro ha defendido su gestión, argumentando que muchos de los decretos pendientes están en litigio o presentan irregularidades legales. El secretario insiste en que ha mantenido un diálogo abierto con los legisladores, aunque las reuniones no han logrado destrabar el conflicto. Sus palabras, sin embargo, no han convencido a los opositores.
El PAN ha intensificado su presión, recordando que Navarro ya enfrentó un juicio político en 2022 por motivos similares. Aunque el proceso no prosperó, los legisladores advierten que podrían reactivar acciones legales si la situación no se resuelve. Este escenario pone en jaque la estabilidad del gobierno estatal.
Samuel García, gobernador de Nuevo León, aún no ha hecho comentarios públicos sobre el futuro de su mano derecha. Sin embargo, la controversia podría obligarlo a tomar una decisión pronto, especialmente ante la cercanía de eventos clave como el Mundial de Fútbol 2026, que requiere coordinación entre poderes.
El ambiente político en Nuevo León se calienta, y la posible salida de Navarro podría tener repercusiones en la relación entre el gobierno de Movimiento Ciudadano y los partidos opositores. Mientras tanto, los ciudadanos observan con atención, esperando claridad en un conflicto que parece lejos de resolverse.
La pregunta que queda en el aire es si Navarro logrará sortear esta crisis o si su tiempo al frente de la Secretaría General de Gobierno está llegando a su fin. Los próximos días serán cruciales para definir el rumbo de esta polémica.