El Metro de la Ciudad de México, uno de los sistemas de transporte más concurridos del mundo, enfrenta un nuevo señalamiento que pone en duda la eficiencia de sus instalaciones.
Un estudio reciente ha revelado que la práctica común de caminar por el lado izquierdo de las escaleras eléctricas, mientras se deja el derecho para quienes permanecen inmóviles, está causando serios problemas en el funcionamiento de estos equipos.
Expertos en movilidad urbana explican que esta costumbre, aunque parece facilitar el paso de quienes van con prisa, genera un peso mal distribuido en las escaleras, lo que provoca fricción adicional y desgaste prematuro en los mecanismos internos.
El director del Metro, Adrián Rubalcava, ha destacado que la Línea 7, que corre de El Rosario a Barranca del Muerto, es una de las más afectadas, con múltiples escaleras eléctricas fuera de servicio debido a este problema.
Además, caminar en las escaleras no solo daña los equipos, sino que también representa un riesgo para los usuarios. Correr o moverse rápido incrementa la posibilidad de caídas, que pueden resultar en fracturas o lesiones graves.
En horas pico, esta práctica reduce la capacidad de las escaleras, ya que el lado izquierdo queda subutilizado, generando congestión y retrasos en el flujo de pasajeros.
Las autoridades del Metro han enfatizado que las escaleras eléctricas fueron diseñadas para transportar a las personas sin esfuerzo físico adicional, especialmente para adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con movilidad limitada.
El llamado es claro: usar las escaleras con responsabilidad, mantenerse inmóvil en ambos lados y evitar movimientos bruscos para garantizar la seguridad y prolongar la vida útil de los equipos.
Este problema, sumado a las constantes quejas por falta de mantenimiento, pone en evidencia los retos que enfrenta el Metro CDMX para ofrecer un servicio eficiente y seguro a millones de usuarios diarios.