Las intensas lluvias de este miércoles por la tarde dejaron un rastro de afectaciones en los municipios de Tultitlán y Coacalco, en el Estado de México. Las precipitaciones, acompañadas de fuertes vientos, convirtieron avenidas en ríos y complicaron la vida de miles de habitantes.
La avenida José López Portillo, una de las principales vialidades de la zona, quedó severamente inundada a la altura de La Bandera. El agua acumulada alcanzó niveles críticos, dejando varados a vehículos y peatones que intentaban cruzar la zona.
En Coacalco, puntos como Cartagena, Dominós, Cosmopol y Plaza Coacalco también sufrieron los estragos del agua. Las inundaciones no solo obstaculizaron el tránsito, sino que también generaron retrasos significativos en el transporte público, afectando a miles de usuarios.
El sistema de transporte Mexibús, vital para la movilidad en la región, suspendió el servicio de su Línea 2 debido a las condiciones intransitables. Las autoridades informaron que las unidades no podrán operar hasta que los niveles de agua disminuyan.
Equipos de emergencia, incluyendo unidades de succión, trabajan a marchas forzadas para mitigar el impacto. Sin embargo, la magnitud de las inundaciones ha puesto en evidencia la fragilidad de la infraestructura urbana en estos municipios.
Las autoridades locales han recomendado a la población evitar transitar por las zonas afectadas. Sin embargo, para muchos residentes, esta advertencia llega tarde, ya que las inundaciones ya han generado caos vehicular y pérdidas de tiempo.
Este nuevo episodio de lluvias intensas pone en el centro del debate la gestión de los gobiernos municipales. La falta de mantenimiento en los sistemas de drenaje y la acumulación de basura en las calles agravan estas situaciones cada temporada de lluvias.
Los habitantes de Tultitlán y Coacalco enfrentan una vez más las consecuencias de un problema recurrente. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades tomarán medidas efectivas para evitar que estas escenas se repitan en el futuro.