El juicio contra Harvey Weinstein, uno de los casos más emblemáticos del movimiento #MeToo, dio un giro inesperado en Nueva York. Un juez declaró nulo el cargo por violación en tercer grado debido a graves tensiones dentro del jurado. Este proceso, que buscaba justicia por acusaciones de agresión sexual, se vio interrumpido por un ambiente de intimidación entre los propios jurados.
El caso, centrado en la denuncia de la aspirante a actriz Jessica Mann, quien acusó a Weinstein de violarla en 2013, no logró un veredicto unánime. El presidente del jurado reportó amenazas físicas por parte de otro miembro del panel, lo que llevó al juez Curtis Farber a tomar la decisión de anular el proceso. La situación escaló al punto de que el jurado expresó temor por su seguridad, describiendo un ambiente hostil durante las deliberaciones.
Weinstein, de 73 años y exmagnate de Hollywood, enfrentaba tres cargos por delitos sexuales en este nuevo juicio. El miércoles, el jurado lo encontró culpable de un cargo relacionado con la exasistente de producción Miriam Haley, pero no alcanzó un veredicto en el caso de la exmodelo Kaja Sokola. La nulidad del cargo por violación marca un nuevo capítulo en la prolongada batalla legal del productor, cuya condena de 2020 había sido anulada previamente.
El presidente del jurado detalló ante el tribunal que las amenazas incluyeron advertencias como “nos veremos afuera”, lo que generó un clima de miedo. Otro jurado, el más joven del grupo, también pidió ser retirado, argumentando que el proceso no era justo. Estas tensiones internas reflejan la complejidad de un caso que ha captado la atención mundial desde que las acusaciones contra Weinstein desataron el movimiento #MeToo en 2017.
La fiscalía no se rinde y ya anunció que presentará nuevamente el cargo por violación. Jessica Mann, según los fiscales, está dispuesta a enfrentar un nuevo juicio. Este compromiso busca mantener la lucha por la justicia en un caso que ha expuesto los abusos de poder en la industria del cine. Mientras tanto, Weinstein, quien se declaró no culpable, insistió en que el proceso no era justo, alegando que su vida está en juego.
La defensa de Weinstein, liderada por el abogado Arthur Aidala, aprovechó el caos en el jurado para argumentar que el juicio estaba comprometido. Aidala cuestionó la decisión del juez de no declarar la nulidad antes, señalando que las deliberaciones habían alcanzado un nivel de disfunción insostenible. Este argumento resalta las dificultades de garantizar un proceso imparcial en un caso tan mediático.
El impacto de esta nulidad va más allá del tribunal. El caso Weinstein sigue siendo un símbolo de la lucha contra el abuso sexual, pero también evidencia los retos de llevar a cabo juicios justos bajo presión pública. La anulación de la condena de 2020 por errores judiciales ya había generado críticas, y este nuevo revés reaviva el debate sobre la justicia en casos de alto perfil.
Harvey Weinstein, alguna vez una de las figuras más poderosas de Hollywood, continúa enfrentando múltiples procesos legales. Además de este juicio en Nueva York, cumple una condena de 16 años en Los Ángeles por otros cargos de agresión sexual. Su caída, iniciada por las denuncias de más de 80 mujeres, marcó un antes y un después en la industria del entretenimiento.
Este nuevo desarrollo judicial mantiene la atención en un caso que no solo juzga a un hombre, sino que pone a prueba la capacidad del sistema para responder a las víctimas de abuso. Mientras la fiscalía prepara un nuevo intento, el mundo observa cómo se desarrolla esta historia que sigue resonando en la cultura global.

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Juicio de Harvey Weinstein en Nueva York declarado nulo por amenazas entre jurado
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