El costo del kilo de tortilla en la Zona Metropolitana de Guadalajara ha alcanzado los 28 pesos, un aumento que golpea directamente el bolsillo de las familias jaliscienses. Según datos recientes, este alimento básico, esencial en la dieta mexicana, sigue encareciéndose sin freno.
En las tortillerías de la ciudad, el precio promedio se sitúa en 24.75 pesos, pero en colonias populares y tiendas de abarrotes, el costo puede llegar hasta los 28 pesos. Este incremento ha generado preocupación entre los consumidores, quienes ven cómo su presupuesto semanal se reduce.
El alza en los precios se atribuye al encarecimiento del maíz, principal insumo para la producción de tortillas. La tonelada de este grano ha pasado de 9,600 pesos a 11,000 pesos en tan solo un mes, según reportes de industriales del sector.
A pesar de los esfuerzos del gobierno federal por controlar la inflación, los productores locales señalan que los acuerdos con empresas harineras no han sido suficientes. La mayoría de las tortillerías en Jalisco dependen del maíz, no de la harina, lo que complica mantener precios estables.
Arturo Solano Andalón, presidente de Grupos Unidos de Industriales de la Masa y la Tortilla, ha criticado la falta de intervención del gobierno estatal. Según él, las autoridades de Jalisco no han tomado medidas efectivas para regular el mercado del maíz y proteger a los consumidores.
La situación ha llevado a que algunos negocios ajusten sus precios casi semanalmente. En tiendas de abarrotes, la tortilla “fría” es aún más cara, lo que obliga a las familias a buscar alternativas o reducir su consumo.
La falta de supervisiones por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor en tortillerías jaliscienses agrava el problema. En 2022, no se realizaron inspecciones para verificar costos, dejando a los consumidores desprotegidos ante los incrementos.
Este aumento en el precio de la tortilla no solo afecta la economía familiar, sino que también pone en riesgo la tradición culinaria mexicana. Las familias buscan alternativas, pero la tortilla sigue siendo irremplazable en la mesa.
El panorama no es alentador, ya que los industriales advierten que los precios podrían seguir subiendo si no se controla el costo del maíz. Mientras tanto, los habitantes de Guadalajara enfrentan el desafío de ajustar sus gastos en un contexto de inflación creciente.