Un material revolucionario está cambiando la industria de la moda y la sostenibilidad: el cuero hecho a base de hongos. Este innovador biomaterial, creado a partir del micelio, la red de filamentos que forman las raíces de los hongos, promete ser una alternativa ecológica al cuero animal y al sintético.
El proceso para crear este cuero es sorprendentemente simple, aunque requiere precisión. Todo comienza con un fragmento de hongo, como el reishi o la cola de pavo, que se cultiva en placas de agar bajo condiciones estrictas de esterilidad. En pocas semanas, el micelio crece formando una estructura resistente que se trata para obtener un material similar al cuero.
Lo que hace especial a este cuero fúngico es su sostenibilidad. A diferencia del cuero animal, que requiere años de cría y un alto consumo de agua y recursos, el cuero de hongos se produce en un par de semanas con un impacto ambiental mínimo. Además, es biodegradable, lo que lo convierte en una solución para reducir los residuos plásticos.
En laboratorios de todo el mundo, científicos están perfeccionando esta tecnología. En Bélgica, investigadoras como Anouk Verstuyft y Annah-Ololade Sangosanya han presentado chaquetas de micelio en eventos como la Semana del Diseño de Milán, demostrando que este material no solo es funcional, sino también atractivo.
Grandes marcas ya están adoptando esta innovación. Empresas como Adidas, Stella McCartney y Hermès han colaborado con biotecnológicas como MycoWorks y Bolt Threads para incorporar el cuero de hongos en zapatillas, bolsos y accesorios de lujo. Sin embargo, no todo es perfecto: algunas compañías, como Bolt Threads, han enfrentado retos para escalar la producción.
El cuero de hongos no solo brilla en la moda. También se explora su uso en muebles, empaques y hasta como sustituto del poliestireno, ese material blanco de los empaques que tarda siglos en degradarse. Su versatilidad lo posiciona como un pilar de la economía circular.
En países como Argentina, Chile e Indonesia, startups locales están impulsando esta tecnología, mostrando que la innovación con hongos es un movimiento global. En Argentina, investigadoras como Diana Romanini destacan las propiedades fibrosas del micelio para crear un cuero resistente y ecológico.
A pesar de los avances, el camino no está exento de desafíos. La producción a gran escala sigue siendo costosa, y la competencia con el cuero tradicional y el sintético es feroz. Aun así, el cuero de hongos representa un paso hacia un futuro más sostenible, donde la moda y la ecología pueden ir de la mano.
Este material no solo es una solución técnica, sino un cambio cultural. Al adoptar el cuero de hongos, los consumidores pueden apoyar una industria que respeta el planeta, reduce la huella de carbono y elimina la dependencia de recursos no renovables.
El reino de los hongos está conquistando el mundo, y su impacto va más allá de la moda. Con cada nuevo desarrollo, el cuero de micelio nos recuerda que las soluciones más innovadoras a menudo vienen de la naturaleza misma.

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El cuero del futuro está aquí y se hace con hongos
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