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Violencia sin control en Ojinaga: Aseguran trocas blindadas tras enfrentamiento armado

En un nuevo episodio de violencia que sacude Chihuahua, autoridades estatales y federales aseguraron dos camionetas blindadas en el municipio de Ojinaga, tras un enfrentamiento a balazos que dejó en evidencia la fragilidad de la seguridad en la región. El operativo, llevado a cabo en una brecha cercana a Coyame, expuso el poderío armamentístico de grupos criminales que operan con impunidad en la zona.
El hallazgo ocurrió el pasado 10 de junio, cuando elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, junto con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Policía Ministerial, respondieron a reportes de un tiroteo. En el lugar encontraron una camioneta GMC color beige, equipada con blindaje artesanal y una placa metálica en la caja, diseñada para resistir ataques.
Dentro del vehículo, las autoridades localizaron un arsenal que incluía un fusil calibre 7.62×39, una pistola nueve milímetros y otro fusil de asalto. Además, se aseguraron mil 400 cartuchos de calibre .50, capaces de perforar blindajes, lo que demuestra la magnitud de la amenaza que enfrentan las fuerzas del orden en esta región fronteriza.
A pocos metros de la primera camioneta, los agentes encontraron una segunda unidad, una RAM blanca de cuatro puertas, también con blindaje. Ambas camionetas tenían reporte de robo, lo que sugiere que los grupos delictivos no solo están armados, sino que operan con recursos obtenidos de actividades ilícitas, incrementando la percepción de inseguridad.
La zona de Ojinaga y Coyame ha sido escenario de múltiples enfrentamientos en los últimos meses, vinculados a disputas entre facciones del crimen organizado. La presencia de vehículos blindados y armas de alto calibre evidencia la falta de control efectivo por parte de las autoridades, mientras los ciudadanos viven con el temor constante de quedar atrapados en el fuego cruzado.
Este aseguramiento se suma a otros operativos recientes en la región, donde se han decomisado armas, vehículos y droga, pero sin detenciones significativas. La ausencia de responsables capturados genera dudas sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno estatal y federal.
La violencia en Ojinaga no es un hecho aislado. Reportes previos han documentado balaceras, ejecuciones y desapariciones en la región, lo que refleja un problema estructural que las autoridades no han logrado contener. La población, cada vez más vulnerable, exige respuestas concretas ante esta escalada de inseguridad.
Mientras los enfrentamientos entre grupos criminales continúan, la presencia de camionetas blindadas y armamento pesado pone en evidencia la magnitud del desafío. La pregunta que resuena es cuánto tiempo más tendrá que pasar para que las autoridades logren restablecer la paz en esta región asediada por la delincuencia.

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