La ciudad de Spokane, en Washington, se encuentra bajo un estricto toque de queda nocturno, convirtiéndose en la segunda urbe estadounidense en implementar esta medida en medio de crecientes protestas contra las redadas migratorias impulsadas por el presidente Donald Trump. La decisión, anunciada por la alcaldesa, responde a días de tensión y manifestaciones que han desafiado la presencia policial en las calles.
El toque de queda, vigente desde las 9:30 de la noche hasta las 5 de la mañana, busca contener las protestas que han estallado en rechazo a las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Estas redadas, ordenadas por la administración Trump, han generado un clima de indignación en varias ciudades del país, con Spokane ahora en el centro de la controversia.
La alcaldesa de Spokane declaró un estado de emergencia local, argumentando que las manifestaciones han derivado en disturbios que amenazan la seguridad pública. Cientos de personas han salido a las calles, bloqueando avenidas y enfrentándose a las fuerzas del orden, mientras exigen el cese de las detenciones masivas de migrantes.
El despliegue de agentes federales y la Guardia Nacional en la ciudad ha intensificado las tensiones. Las autoridades locales han advertido que quienes violen el toque de queda enfrentarán arrestos inmediatos, aunque los manifestantes aseguran que continuarán su resistencia pacífica contra lo que consideran una política migratoria injusta.
Spokane no está sola en esta crisis. Los Ángeles, la primera ciudad en imponer un toque de queda por las mismas razones, reportó arrestos masivos y saqueos tras días de protestas. La furia contra las políticas de Trump se ha extendido a otras ciudades como Nueva York, Chicago y Dallas, donde las movilizaciones no muestran signos de disminuir.
El gobernador de Washington aún no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la situación en Spokane, pero la presión crece para que las autoridades estatales intervengan. Mientras tanto, la administración Trump defiende las redadas, calificando a los manifestantes de “agitadores” que buscan desestabilizar el orden.
Las protestas en Spokane han incluido vigilias pacíficas y bloqueos de edificios federales, pero también han derivado en enfrentamientos esporádicos con la policía. Los organizadores aseguran que su lucha es por los derechos de los migrantes y contra lo que describen como una “cacería” desatada por el gobierno federal.
La incertidumbre reina en Spokane mientras la ciudad se prepara para otra noche bajo toque de queda. Los residentes, divididos entre el apoyo a las protestas y la preocupación por la seguridad, observan cómo su comunidad se convierte en un nuevo epicentro de la polarización que atraviesa Estados Unidos.
La crisis migratoria y las redadas de ICE han colocado a Spokane en el mapa de una batalla nacional. Con el toque de queda en vigor y las protestas sin freno, la ciudad enfrenta días críticos que podrían definir el rumbo de las tensiones en el país.