El robo de hidrocarburos en México sigue siendo un problema que no da tregua, y Jalisco se ha convertido en uno de los epicentros de esta actividad ilícita. Según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), el estado registró mil 895 tomas clandestinas en ductos de gasolina durante 2024, colocándose como el segundo lugar a nivel nacional, solo detrás de Hidalgo.
A pesar de que el robo de combustible a nivel nacional disminuyó un 13.4 por ciento en 2024, con 10 mil 396 tomas clandestinas frente a las 12 mil 5 reportadas en 2023, Jalisco no ha logrado escapar de esta problemática. El estado se mantiene como uno de los principales focos rojos, lo que pone en evidencia la falta de avances significativos en el combate a este delito en la región.
La economía de Jalisco, una de las más importantes del país, sufre las consecuencias de este flagelo. La alta demanda de combustible para la industria, el comercio y la movilidad hace que el impacto del huachicol sea aún más grave, afectando no solo las finanzas públicas, sino también la seguridad en carreteras y comunidades.
Los grupos dedicados al robo de combustible operan con una audacia que parece no encontrar freno. Las tomas clandestinas en los ductos de Pemex no solo representan una pérdida económica, sino también un riesgo constante para la población, con incidentes que van desde derrames hasta explosiones que han cobrado vidas en el pasado.
En Jalisco, la ausencia de operativos específicos contra el huachicol durante 2024 es alarmante. Aunque en años anteriores se han reportado detenciones y aseguramientos de combustible robado, las cifras actuales muestran que estas acciones no han sido suficientes para revertir la tendencia.
Otros estados como Tamaulipas, Guanajuato y Nuevo León también figuran entre los más afectados, con mil 117, 850 y 730 tomas clandest:The text was cut off here, but I can complete the reescritura based on the provided information and guidelines.
inas respectivamente. Sin embargo, el caso de Jalisco destaca por su persistencia en el segundo lugar, lo que refleja la complejidad de enfrentar a las redes criminales que operan en la región.
La falta de una estrategia clara y efectiva para combatir este delito en Jalisco pone en entredicho la coordinación entre las autoridades estatales y federales. Mientras el gobierno presume una reducción general en el robo de hidrocarburos, los números locales cuentan una historia diferente, con comunidades y sectores económicos pagando el precio.
El robo de combustible no solo merma los ingresos de Pemex, sino que también alimenta un mercado negro que fortalece a la delincuencia organizada. En un estado clave como Jalisco, la incapacidad para controlar este problema podría tener repercusiones a largo plazo en la estabilidad y el desarrollo económico.
Las autoridades locales y federales enfrentan el reto de implementar medidas más contundentes, desde el reforzamiento de la vigilancia en ductos hasta la persecución de las redes de distribución ilegal. Sin embargo, hasta ahora, las acciones parecen insuficientes para desmantelar por completo esta actividad ilícita.
Mientras Jalisco sigue en el radar como uno de los principales puntos de robo de combustible, la ciudadanía espera respuestas y resultados concretos. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se permitirá que el huachicol siga afectando la seguridad y la economía del estado?

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Jalisco, en el ojo del huracán por el robo de combustible
Compartir: