En un acto que refleja la crisis de inseguridad que azota al municipio de Juárez, Nuevo León, el alcalde Félix Arratia, de Movimiento Ciudadano, reconoció a los policías municipales que resultaron heridos durante un enfrentamiento armado el pasado viernes. La balacera, que dejó un saldo de caos y temor en las calles, pone en evidencia los desafíos que enfrenta la administración local para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El incidente ocurrió en la colonia Horizontes del Sur, cuando elementos del grupo SWAT de la policía municipal fueron atacados por un grupo de civiles armados. Según las autoridades, los agresores dispararon contra los agentes tras ser sorprendidos en un operativo relacionado con un homicidio reciente. La respuesta policial logró la detención de seis sospechosos, pero no sin un costo: dos oficiales resultaron heridos en el intercambio de disparos.
Félix Arratia, en un mensaje público, destacó el “valor y compromiso” de los policías heridos, asegurando que su administración no tolerará la violencia y que continuará trabajando para “poner orden” en el municipio. Sin embargo, las palabras del edil contrastan con la realidad de un municipio donde los enfrentamientos armados y los delitos de alto impacto siguen siendo una constante.
La balacera se desató tras el reporte de un homicidio en la zona, lo que llevó a los agentes a realizar un operativo en busca de los responsables. Al acercarse a un vehículo sospechoso, los civiles armados iniciaron el ataque, desencadenando una persecución que incluyó disparos desde los tejados de las casas. Este escenario de violencia descontrolada pone en duda la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno de Arratia.
Los detenidos, identificados como Martín C. M., Jorge Luis M. F., Joel Jesús M. R., José Luis A. L., Jesús Arturo L. M. y Óscar Eduardo P. R., enfrentan cargos relacionados con el homicidio y la agresión a los policías. Las autoridades aseguraron armamento y equipo táctico en la escena, lo que sugiere la presencia de grupos organizados en la región, un problema que el municipio no ha logrado contener.
A pesar de los esfuerzos por destacar los logros en seguridad, como la entrega de nuevo equipamiento policial y la reducción de algunos delitos, la administración de Arratia enfrenta críticas por la persistencia de la violencia. Los ciudadanos de Juárez exigen resultados concretos, mientras los incidentes como este alimentan la percepción de un municipio sumido en la inseguridad.
El reconocimiento a los policías heridos, aunque necesario, no oculta las fallas estructurales en el combate a la delincuencia. La coordinación entre el gobierno municipal, estatal y las fuerzas federales ha sido señalada como insuficiente, dejando a los elementos policiales en una posición vulnerable frente a grupos armados cada vez más audaces.
La situación en Juárez refleja un problema más amplio en Nuevo León, donde la violencia no da tregua. Mientras las autoridades celebran detenciones y operativos, los habitantes del municipio siguen viviendo con el temor de que la próxima balacera ocurra en sus calles. La promesa de un Juárez seguro parece, por ahora, lejana.