En un evento que debía ser de reconocimiento, el futuro integrante del Tribunal de Disciplina Judicial, Bernardo Bátiz, fue recibido con una lluvia de abucheos y críticas por parte de jueces y magistrados jubilados. La ceremonia, organizada por el Consejo de la Judicatura Federal, buscaba homenajear a quienes dedicaron su vida a la justicia, pero se convirtió en un escenario de confrontación.
Bátiz, conocido por su cercanía con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, defendió la polémica reforma judicial impulsada por Morena. Sus palabras desataron la furia de los asistentes, quienes lo interrumpieron con gritos de “¡hipócrita!” y “¡traidor!”. Los magistrados, muchos de los cuales optaron por jubilarse para no participar en la reciente elección judicial, acusaron a Bátiz de respaldar un proceso que consideran una farsa.
El ambiente se tornó tenso cuando Bátiz, lejos de ceder, respondió desafiante: “No me hubieran invitado, tápense los oídos como lo han hecho otras veces”. Sus declaraciones solo avivaron las críticas, con los presentes reclamándole por la reforma que, según ellos, terminó con sus carreras y debilitó la independencia del Poder Judicial.
La ceremonia, que contó con la presencia de la ministra presidenta Norma Piña y otros miembros destacados del Poder Judicial, evidenció una profunda división. Mientras Piña y otros ministros fueron ovacionados, Bátiz enfrentó un rechazo unánime, con asistentes exigiendo que abandonara el evento. Algunos incluso gritaron: “¡No te invitamos!”.
El incidente se viralizó rápidamente en redes sociales, donde circularon videos que captaron el momento exacto de los abucheos. Los asistentes, en su mayoría jueces y magistrados afectados por la reforma, expresaron su frustración por lo que consideran un ataque directo a la autonomía judicial. La elección del 1 de junio, donde Bátiz obtuvo un lugar en el Tribunal de Disciplina, fue señalada como un proceso manipulado por los “acordeones” de Morena.
Bátiz, de 88 años, insistió en su discurso que el Poder Judicial necesitaba un cambio, destacando que las fallas son minoritarias y que existe calidad humana en la institución. Sin embargo, sus palabras no lograron calmar los ánimos. Los asistentes replicaron que la reforma no solo afectó sus trayectorias, sino que pone en riesgo la imparcialidad de la justicia en México.
La elección judicial, que dio a Morena el control del Tribunal de Disciplina con candidatos como Bátiz, Celia Maya y Verónica de Gyves, ha generado controversia desde su implementación. La baja participación ciudadana, de apenas el 12.2%, y el uso de “acordeones” para orientar el voto han sido criticados como una estrategia para consolidar el poder del partido oficialista.
Este episodio refleja el descontento de un sector del Poder Judicial que ve en la reforma un intento por politizar la justicia. Mientras Bátiz defendió su postura, los abucheos dejaron claro que su nombramiento y el proceso que lo llevó al Tribunal de Disciplina no cuentan con el respaldo de quienes han dedicado décadas a la impartición de justicia.
El contraste en la ceremonia fue evidente: mientras figuras como Norma Piña fueron aplaudidas por su compromiso con un Poder Judicial independiente, Bátiz se convirtió en el blanco de la indignación. Este incidente pone en el centro del debate la legitimidad de la reforma judicial y el futuro de la justicia en México.
A medida que el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial comienza a tomar forma, las tensiones entre los defensores de la reforma y quienes la critican no hacen más que crecer. El enfrentamiento con Bátiz es solo un capítulo más de una controversia que promete seguir dando de qué hablar.