La Secretaría de Turismo estatal, encabezada por Edibray Gómez Gallegos, está trabajando de la mano con Fonatur para diseñar un plan integral que busca poner a la Sierra Tarahumara en el mapa turístico global. Personal técnico de Fonatur ya recorrió puntos clave como Guachochi, Creel y Divisadero, evaluando el potencial de sitios naturales y culturales que podrían atraer a miles de visitantes.
Entre los lugares inspeccionados destacan la majestuosa Cascada de Cusárare, el imponente Cañón de la Sinforosa y el Santuario Natural Pinabetes. Estos sitios, ricos en belleza natural y herencia cultural, son el corazón de la propuesta para convertir la región en un destino atractivo para el turismo de aventura y cultural.
Sin embargo, el proyecto no está exento de críticas. La Sierra Tarahumara, hogar de comunidades indígenas como los rarámuri, enfrenta problemas históricos de marginación, falta de infraestructura básica y despojo. Organizaciones locales han señalado que el desarrollo turístico podría priorizar intereses comerciales sobre las necesidades reales de los habitantes.
Fonatur asegura que el plan priorizará el turismo sostenible, con énfasis en el respeto a la cultura local y la protección del medio ambiente. También se contempla el fortalecimiento de productos locales, como artesanías y gastronomía, para que las comunidades sean parte activa del proyecto y no solo espectadoras.
Durante la gira de evaluación, participaron figuras como Francisco Javier Orrantia Franco, director de Planeación Turística, y el alcalde de Guachochi, José Miguel Yáñez Ronquillo. Su presencia busca dar legitimidad al proyecto, aunque algunos cuestionan si las voces de las comunidades indígenas están siendo realmente escuchadas.
El diagnóstico realizado por Fonatur identificó problemas críticos que frenan el desarrollo turístico, como la falta de infraestructura básica y servicios. La promesa es que el plan incluirá soluciones integrales, pero los antecedentes de proyectos similares en otras regiones hacen dudar de su efectividad.
La Secretaría de Turismo de Chihuahua insiste en que este proyecto fortalecerá la identidad regional y generará beneficios económicos para los habitantes. Sin embargo, el desafío será garantizar que el desarrollo no sacrifique la riqueza cultural ni el bienestar de las comunidades que han habitado la sierra por generaciones.
El plan también contempla mejoras en conectividad, como el fortalecimiento del Aeropuerto Barrancas del Cobre y la estación del Chepe en Creel. Estas obras podrían facilitar el acceso de turistas, pero también incrementar la presión sobre los recursos naturales de la región.
La Sierra Tarahumara está en la mira del turismo nacional e internacional, pero el éxito de este proyecto dependerá de cómo se equilibren los intereses económicos con la justicia social y la preservación cultural. Por ahora, las comunidades esperan que las promesas no se queden solo en palabras.

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El gobierno de Chihuahua impulsa un ambicioso plan para transformar la Sierra Tarahumara en un destino turístico de primer nivel, pero ¿a qué costo para las comunidades locales? El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha iniciado un proyecto que promete desarrollo sostenible y competitivo en esta región emblemática, aunque las promesas de este tipo suelen generar más dudas que certezas.
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