En un giro impactante, el periodista Ciro Gómez Leyva ha cuestionado la versión oficial que señala a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), como el autor intelectual del atentado en su contra en diciembre de 2022. Durante su programa en Radio Fórmula, Gómez Leyva expresó escepticismo sobre las declaraciones de los implicados, quienes aseguran que el ataque fue un encargo directo del capo.
El atentado ocurrió la noche del 15 de diciembre de 2022, cuando hombres armados dispararon contra la camioneta blindada en la que viajaba el periodista en la Ciudad de México. Gracias al blindaje del vehículo, Gómez Leyva salió ileso. Las autoridades han detenido a varios implicados, y dos de ellos, Héctor Martínez Jiménez, alias “El Bart”, y Pool Pedro Gómez Jaramillo, alias “El Pool”, recibieron sentencias de 14 y 12 años de prisión, respectivamente, por homicidio en grado de tentativa y asociación delictuosa.
Según la Fiscalía General de la República (FGR), los acusados declararon que el ataque fue ordenado por “El Mencho”. Uno de los implicados afirmó que Armando Escárcega Valdez, alias “El Patrón”, les comunicó que el encargo venía directamente del líder del CJNG. Sin embargo, Gómez Leyva señaló que estas afirmaciones carecen de pruebas sólidas y cuestionó la veracidad de los testimonios, argumentando que no hay una correlación clara entre su trabajo periodístico y el supuesto móvil del atentado.
El periodista destacó que no ha realizado investigaciones recientes que pudieran haber molestado al CJNG. “¿El Cártel Jalisco manda a matar así porque sí? ¿Porque un día El Mencho se despertó de malas y dijo eliminen a ese periodista?”, preguntó con incredulidad durante su programa. Además, subrayó que los atacantes no eran sicarios profesionales, lo que refuerza sus dudas sobre la participación de una organización criminal de la magnitud del CJNG.
La FGR reveló que los implicados recibieron entrenamiento en un campamento del CJNG en Ciudad Guzmán, Jalisco, durante varias semanas antes del ataque. Allí, un sujeto identificado como “El Primo”, de nacionalidad colombiana, les enseñó el manejo de armas. Los acusados también afirmaron haber investigado los movimientos de Gómez Leyva a través de Google y YouTube, lo que el periodista calificó como poco creíble para un grupo criminal de alto calibre.
A pesar de las sentencias dictadas, Gómez Leyva insistió en que el caso sigue sin resolverse por completo. Armando Escárcega, “El Patrón”, señalado como el autor intelectual, está detenido y enfrenta un proceso por homicidio calificado en grado de tentativa. Sin embargo, el periodista expresó que aún no se ha esclarecido quién ordenó realmente el ataque ni por qué, dejando abierta la incógnita sobre los verdaderos motivos detrás del atentado.
El comunicador agradeció el trabajo de las autoridades, incluyendo a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) y a su equipo legal, pero mantuvo su postura de escepticismo. “No hay agravio de mi parte, ustedes nos metieron en este juego, este es el desenlace”, escribió en su cuenta de X, refiriéndose a los sentenciados. También señaló que no siente satisfacción personal por las condenas, pero busca que el caso no quede impune.
Gómez Leyva relató cómo el atentado cambió su vida, aunque afirmó que ha aprendido a vivir con las consecuencias. “Sí se puede vivir, lo he hecho dos años y medio. Vamos para adelante”, expresó, destacando su determinación de seguir adelante sin caer en la paranoia, pero consciente de los riesgos que enfrenta como periodista en México.
El caso pone en evidencia los peligros que enfrentan los comunicadores en el país, donde la violencia contra la prensa sigue siendo una constante. Las dudas de Gómez Leyva reflejan la falta de claridad en las investigaciones y la dificultad de combatir la impunidad en casos de ataques contra periodistas.
A medida que el proceso judicial continúa, con más audiencias pendientes para otros implicados, la incertidumbre persiste. El atentado contra Ciro Gómez Leyva sigue siendo un recordatorio de los retos que enfrenta la libertad de expresión en México, en un contexto donde las versiones oficiales no siempre logran disipar las sospechas.