La Línea A del Metro, que conecta la Ciudad de México con el Estado de México, ha sido cerrada hasta nuevo aviso, dejando a miles de usuarios sin una de las principales opciones de transporte público. La suspensión del servicio, anunciada este 11 de junio de 2025, afecta a estaciones clave en el Edomex, como La Paz, Los Reyes y Santa Martha, generando caos en la movilidad de la zona.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro informó que el cierre se debe a trabajos de remodelación integral en la Línea A, una obra que, según las autoridades, busca mejorar la seguridad y eficiencia del servicio. Sin embargo, la falta de claridad sobre la duración de estas obras ha desatado críticas entre los usuarios, quienes enfrentan complicaciones para trasladarse a sus trabajos y hogares.
La Línea A es una de las más utilizadas por los habitantes del Edomex que viajan diariamente a la capital. La suspensión del servicio ha obligado a muchos a recurrir a transportes alternativos, como combis y autobuses, que no siempre tienen la capacidad para absorber la demanda. Esto ha generado aglomeraciones y tiempos de espera prolongados en las rutas disponibles.
El gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Clara Brugada, ha prometido que las obras son necesarias para modernizar una línea que presenta problemas recurrentes, como inundaciones y fallas técnicas. No obstante, la falta de un plan claro para mitigar el impacto en los usuarios ha sido señalada como una muestra de improvisación en la gestión del transporte público.
En el Edomex, la situación es aún más complicada. Los municipios afectados, como Los Reyes La Paz y Chalco, dependen en gran medida de la Línea A para conectar con la capital. La ausencia de este servicio ha generado molestias entre los habitantes, quienes exigen soluciones inmediatas y mayor transparencia sobre los plazos de reapertura.
Las autoridades han implementado un servicio emergente de autobuses RTP para cubrir parte de la ruta de la Línea A, pero los usuarios reportan que estas unidades son insuficientes y no cumplen con los horarios necesarios. Además, las tarifas de los transportes alternativos son más altas, lo que representa un golpe al bolsillo de las familias mexiquenses.
La modernización de la Línea A incluye la renovación de talleres, la adquisición de nueva maquinaria y la rehabilitación de vías, con una inversión de más de 247 millones de pesos. Aunque estas mejoras son vistas como necesarias, la falta de comunicación efectiva ha generado desconfianza entre los usuarios, quienes temen que los cierres se prolonguen más de lo anunciado.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido la intervención en la Línea A, asegurando que es una prioridad para garantizar un transporte seguro y eficiente. Sin embargo, las promesas de mejora contrastan con la realidad de miles de personas que hoy enfrentan un sistema de transporte colapsado en una de las zonas más pobladas del país.
Mientras las obras continúan, los habitantes del Edomex y la Ciudad de México exigen soluciones reales y un cronograma claro. La incertidumbre sobre la reapertura de la Línea A sigue creciendo, y con ella, el descontento de una población que depende del Metro para su vida diaria.
El cierre de la Línea A no solo afecta la movilidad, sino que pone en evidencia los retos de modernizar un sistema de transporte que lleva años enfrentando problemas estructurales. La paciencia de los usuarios está al límite, y la presión sobre las autoridades para resolver esta crisis aumenta con cada día que pasa.