En un nuevo episodio que sacude a Chihuahua, dos hombres fueron privados de su libertad en el municipio de Aldama, según reportes recientes. Los hechos ocurrieron en el fraccionamiento Los Álamos, donde un grupo de hombres armados irrumpió con violencia y se llevó a las víctimas. Este caso se suma a la creciente ola de inseguridad que azota la región, dejando a los ciudadanos en un estado de alarma constante.
Las víctimas han sido identificadas como Edgar Adrián Trujillo Irigoyen, de 36 años, y Jonathan Israel Lozano Cordero, de 26 años. Según testigos, los hombres fueron abordados mientras se encontraban fuera de una vivienda en la calle Álamo Afgano. La descripción de los hechos apunta a un acto premeditado, ejecutado con rapidez y sin dejar rastro inmediato.
Edgar Adrián Trujillo vestía pantalón de mezclilla negro, camiseta sin mangas, gorra negra y tenis blancos al momento de su desaparición. Por su parte, Jonathan Israel Lozano llevaba una camisa blanca con rayas negras y la palabra “Tecate”, pantalón de mezclilla negro, tenis negros y una cachucha blanca con azul. Estos detalles han sido difundidos para facilitar su localización.
El grupo armado, según la información recabada, se trasladaba en una camioneta blanca, posiblemente una Cherokee. Los responsables portaban fusiles de asalto, lo que evidencia el nivel de organización y peligro que representan estos criminales. Los testigos relataron cómo los hombres fueron subidos a la fuerza al vehículo, que desapareció rápidamente de la escena.
La Fiscalía del Estado ha iniciado una investigación para dar con el paradero de los desaparecidos. Sin embargo, la respuesta de las autoridades ha sido cuestionada, ya que la zona de Aldama lleva meses bajo el asedio de la delincuencia. Los habitantes señalan que la presencia policial es insuficiente y que los criminales operan con impunidad.
Este incidente no es aislado. Aldama ha sido escenario de múltiples hechos violentos en los últimos meses, desde ejecuciones hasta robos a mano armada. La carretera que conecta Aldama con Ojinaga, en particular, se ha convertido en un punto crítico para asaltos y levantones, lo que ha generado temor entre los viajeros.
La falta de una estrategia efectiva contra la inseguridad es evidente. Mientras los ciudadanos exigen respuestas, las autoridades parecen incapaces de frenar la escalada de violencia. Los operativos, cuando se realizan, suelen llegar tarde, dejando a las víctimas y sus familias en la incertidumbre.
La desaparición de Edgar y Jonathan es un recordatorio de la fragilidad de la seguridad en la región. La población de Aldama vive con miedo, mientras los grupos criminales parecen moverse con libertad. Este nuevo caso pone en evidencia la urgencia de acciones concretas para devolver la paz a Chihuahua.