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La búsqueda de siete trabajadores desaparecidos en Chihuahua se reactiva con urgencia

La Fiscalía General del Estado de Chihuahua ha reanudado los esfuerzos para localizar a siete trabajadores que desaparecieron en circunstancias aún no esclarecidas. Los hechos, que han generado conmoción en la región, mantienen en vilo a las familias y a las autoridades, quienes enfrentan una creciente presión para dar respuestas.
Bogar Uriel Marrufo Alonso, Carlos Antonio Perales Carrera, Damasio Luna Ceballos, Elizandro González Gardea, José Refugio Gardea Villalobos, Miguel Reyes Martínez y Ramón García Betance son los nombres de los desaparecidos. Cada uno de ellos, trabajadores comunes, se ha convertido en un símbolo de la inseguridad que azota al estado.
La desaparición de estas personas no es un caso aislado. Chihuahua ha registrado un alarmante número de personas no localizadas, con miles de casos acumulados en los últimos años. La región noroeste, en particular, se ha convertido en un foco rojo para este tipo de crímenes, lo que agrava la percepción de descontrol en materia de seguridad.
Para incentivar la colaboración ciudadana, la Fiscalía ha anunciado una recompensa de hasta 150 mil pesos por información verídica y eficaz que conduzca al paradero de los trabajadores. Los números de contacto habilitados son el 636 649-17-36 y el 636 649-09-76, disponibles para cualquier dato que pueda ser clave.
La falta de avances en este caso pone en evidencia las dificultades que enfrentan las autoridades locales para combatir la desaparición de personas. En un estado donde la violencia no da tregua, la ciudadanía exige resultados concretos y no solo promesas de justicia.
Organizaciones civiles y familiares han alzado la voz, señalando que la inseguridad en Chihuahua no es solo un problema de estadísticas, sino de vidas truncadas. La desesperación crece entre quienes esperan noticias de sus seres queridos, atrapados en un limbo de incertidumbre.
Este caso se suma a otros recientes en la entidad, donde los hallazgos de fosas clandestinas y cuerpos sin vida han encendido las alarmas. La región noroeste, incluyendo municipios como Ascensión y Janos, ha sido escenario de macabros descubrimientos que reflejan la magnitud del problema.
Mientras las autoridades intensifican los operativos, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se seguirán acumulando casos de desapariciones sin respuestas? La reactivación de esta búsqueda es un paso, pero la solución de fondo parece aún lejana.
El caso de los siete trabajadores desaparecidos es un recordatorio de los retos que enfrenta Chihuahua en materia de seguridad. Las familias, la sociedad y las autoridades esperan que esta vez los esfuerzos rindan frutos y se haga justicia.

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