La ciudad de Los Ángeles vive momentos de alta tensión tras cinco días consecutivos de protestas por las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump. La alcaldesa Karen Bass anunció un toque de queda de emergencia en el centro de la ciudad, vigente desde las 8 de la noche hasta las 6 de la mañana, para intentar contener los disturbios que han escalado en violencia.
Las protestas comenzaron el viernes pasado, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvo a al menos 44 personas en operativos en distintos puntos de la ciudad. Estas acciones han generado indignación entre la comunidad migrante y organizaciones defensoras de derechos humanos, que exigen el cese de las deportaciones y el cierre de centros de detención.
El lunes por la noche, la situación se agravó con el saqueo de 23 negocios en el centro de Los Ángeles, lo que llevó a la alcaldesa a declarar un estado de emergencia. Bass señaló que el toque de queda busca frenar a los “malos actores” que, según ella, están aprovechando la situación para causar desorden y vandalismo.
El área afectada por el toque de queda abarca 2.5 kilómetros cuadrados en el centro de la ciudad, una medida que no tiene una duración definida, aunque se espera que se extienda varios días. Residentes, personas sin hogar, medios acreditados y trabajadores de emergencia están exentos de esta restricción, según informó el jefe de policía, Jim McDonnell.
Las manifestaciones, lideradas por grupos como la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), han bloqueado calles y autopistas, como la 101, donde 67 personas fueron detenidas este martes. Los activistas denuncian que las redadas han sembrado miedo en la comunidad migrante y carecen de transparencia.
La presencia de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional, ordenada por Trump, ha intensificado las tensiones. Bass ha criticado duramente esta decisión, calificándola de innecesaria y acusando al gobierno federal de usar la ciudad como un “experimento” para limitar el poder local.
El presidente Trump, por su parte, defendió el despliegue militar, afirmando que permanecerán en Los Ángeles hasta que se restaure la paz. También acusó a la “izquierda radical” de estar detrás de los disturbios, mientras que la alcaldesa insiste en que las redadas son las responsables del caos.
Organizaciones migrantes han advertido que las detenciones, que suman más de 300 en todo el estado, podrían estar afectando a personas sin antecedentes penales, quienes enfrentan procesos de deportación sin acceso adecuado a representación legal. Esto ha generado un clima de incertidumbre en la ciudad.
Bass también anunció que asistirá a una vigilia interreligiosa para promover la paz y apoyar a la comunidad migrante. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil, con reportes de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que han usado gases lacrimógenos y balas de goma.
Mientras Los Ángeles enfrenta este desafío, la alcaldesa busca equilibrar el control de los disturbios con el respeto a las protestas pacíficas, en una ciudad donde los migrantes son una parte esencial de su identidad. Las próximas horas serán clave para determinar si las tensiones disminuyen o si el conflicto escala aún más.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
La alcaldesa de Los Ángeles decreta toque de queda ante el caos desatado por redadas migratorias
Compartir: