Javier Aguirre, técnico de la Selección Mexicana, se encuentra en el ojo del huracán tras negarse a hablar sobre las protestas de migrantes mexicanos en Los Ángeles. Durante una conferencia de prensa, el entrenador evitó pronunciarse sobre las redadas y el temor que viven miles de compatriotas en California, limitándose a decir que “no puede manifestarse”. Su postura ha generado un fuerte malestar entre aficionados y críticos.
El contexto en Los Ángeles es delicado. Miles de mexicanos han salido a las calles para protestar contra las políticas migratorias que han intensificado las deportaciones. Las redadas han sembrado miedo en las comunidades, y muchos esperaban que figuras públicas como Aguirre, con gran influencia, mostraran empatía o solidaridad. Sin embargo, su silencio fue interpretado como indiferencia por algunos sectores.
Aguirre, conocido como el “Vasco”, justificó su decisión argumentando que su rol se limita al ámbito deportivo. Alegó que no desea involucrarse en temas políticos o sociales para evitar controversias que distraigan a la Selección Mexicana de sus objetivos. Sin embargo, esta explicación no ha convencido a todos, especialmente en un momento en que la comunidad mexicana en Estados Unidos enfrenta desafíos significativos.
Las críticas no se hicieron esperar. En redes sociales, usuarios y periodistas han cuestionado la falta de compromiso de Aguirre con las causas de los mexicanos en el extranjero. Algunos lo acusan de priorizar su imagen y la de la Federación Mexicana de Futbol sobre la realidad que viven sus compatriotas. Otros, en cambio, defienden su derecho a mantenerse al margen de temas fuera de su ámbito profesional.
La Selección Mexicana se prepara para la Copa Oro 2025, un torneo clave para el equipo dirigido por Aguirre. El entrenador ha puesto énfasis en la preparación de sus jugadores, destacando la inclusión de jóvenes talentos como Gilberto Mora y el regreso de figuras como Guillermo Ochoa. Sin embargo, su reciente controversia podría afectar la percepción pública del equipo en un momento crucial.
El episodio ha reavivado el debate sobre el papel de las figuras públicas en temas sociales. Mientras algunos creen que los deportistas deben usar su plataforma para visibilizar problemas, otros consideran que su enfoque debe limitarse al deporte. Aguirre, con su dilatada carrera, no es ajeno a este tipo de discusiones, pero su postura actual lo ha colocado en una posición complicada.
La comunidad mexicana en Los Ángeles sigue enfrentando un panorama incierto. Las protestas han llamado la atención internacional, pero la falta de apoyo de figuras prominentes como Aguirre ha generado decepción. Muchos esperaban que el técnico, con su experiencia y arraigo, mostrara al menos un gesto de solidaridad con los afectados.
Por ahora, Aguirre continúa enfocado en lo deportivo, pero su silencio en este tema podría tener repercusiones. La afición mexicana, tanto en México como en Estados Unidos, es conocida por su pasión y exigencia. Queda por verse si este episodio afectará la relación del técnico con los seguidores del Tri en los próximos meses.
El fútbol mexicano, más allá de lo que ocurre en la cancha, sigue siendo un reflejo de las tensiones sociales y políticas que atraviesan al país y a su diáspora. La postura de Aguirre, intencional o no, ha puesto de manifiesto las expectativas que recaen sobre quienes representan a México en el escenario internacional.
Mientras la Selección Mexicana se alista para sus próximos compromisos, la controversia en torno a Javier Aguirre no parece desvanecerse. Su decisión de no pronunciarse ha abierto un debate que trasciende el deporte y toca fibras sensibles en un momento de gran relevancia para la comunidad mexicana en el extranjero.

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Javier Aguirre desata polémica al guardar silencio sobre protestas de mexicanos en Los Ángeles
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